Papa Francisco: la historia de vida de Esther, la mujer del retrato que tenía en su despacho de la Casa de Santa Marta

Esther Ballestrino fue una figura clave en el despertar político del entonces joven Jorge Bergoglio.

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Por:

Alexis Montiveros

Papa Francisco: la historia de vida de Esther, la mujer del retrato que tenía en su despacho de la Casa de Santa Marta
Papa Francisco | AFP

Durante años, un retrato discreto ocupó un lugar destacado en el despacho del Papa Francisco en la Casa de Santa Marta. La imagen no era la de un santo, ni de un pontífice histórico, sino la de una mujer que marcó su juventud: Esther Ballestrino, química, militante paraguaya y figura clave en el despertar político del entonces joven Jorge Bergoglio.

¿Cómo se conocieron Esther Ballestrino y Jorge Bergoglio?

El encuentro entre ambos ocurrió en Buenos Aires, en el laboratorio Hickethier-Bachmann, donde Esther, con 35 años, era la encargada de verificar los informes técnicos. Entre los jóvenes que trabajaban bajo su supervisión estaba Jorge Mario Bergoglio, de apenas 16 años, que comenzaba a dar sus primeros pasos como técnico de laboratorio.

Fue en ese entorno riguroso donde Ballestrino le enseñó una lección que, según ha contado el propio Francisco en su autobiografía Esperanza (2025), marcaría para siempre su modo de encarar la vida: “La escrupulosidad y la precisión lo es todo en nuestro trabajo”, le dijo ella cuando el adolescente intentó justificar un atajo. Esa enseñanza fue su primer contacto con lo que él llama “la cultura del trabajo”.

Pero la influencia de Esther no se limitó al plano profesional.

¿Cuál fue el rol de Esther en la formación política del futuro Papa?

“Me enseñó a pensar”, escribió Francisco. Con esa frase resume la dimensión más profunda del vínculo con Ballestrino: ella fue quien lo introdujo en el pensamiento político, en los debates ideológicos y en la reflexión sobre la justicia social. Conversaban sobre hechos del presente, como el caso Rosenberg en Estados Unidos, y sobre ideas, incluso cuando no estaban de acuerdo.

A diferencia de muchos adultos de su época, Esther abría el diálogo sin imponer. Para el joven Bergoglio, criado en una familia de clase media con simpatías radicales y posiciones antiperonistas, esos intercambios fueron reveladores. Con el tiempo, comenzó a mirar con otros ojos las reformas sociales del peronismo y se acercó a los espacios donde se debatían ideas: las unidades básicas, los comités y los círculos socialistas.

Fue allí donde, según relata en su libro, empezó su pasión por la política y su identificación con la doctrina social de la Iglesia, donde veía reflejada la preocupación por los pobres que Esther tanto le inculcó.

¿Quién fue Esther Ballestrino y por qué tuvo que exiliarse?

Nacida en 1918 en Fray Bentos, Uruguay, de padre uruguayo y madre paraguaya, Esther se identificó siempre como paraguaya. Estudió Ciencias Químicas en la Universidad Nacional de Asunción y fue una de las pocas mujeres de su generación en hacerlo. Militó en el Partido Revolucionario Febrerista y fundó la Unión Democrática de Mujeres de Paraguay. Esa actividad política, en tiempos del régimen de Higinio Morínigo, la obligó al exilio.

En 1947 se estableció en Argentina, donde se casó con Raimundo Careaga, también paraguayo exiliado. Juntos formaron una familia comprometida con los derechos humanos y la solidaridad. Su hogar en Buenos Aires era un refugio para perseguidos políticos de todo el continente.

¿Qué imagendejó Esther Ballestrino en el Papa Francisco?

“Era una mujer extraordinaria”, repitió Francisco en múltiples ocasiones. El retrato que mantuvo en su despacho no era un simple homenaje, sino el reflejo de una memoria viva: la de una mujer que, sin pertenecer al clero, formó parte esencial de su camino espiritual y humano.

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