Cómo evitar una sobredosis por accidente con este medicamento pediátrico, según Sanidad

Si tienes a tu cargo a un menor que utiliza este tratamiento, tómate el tiempo para revisar bien la dosis y la herramienta de medición.

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Por:

Alexis Montiveros

Cómo evitar una sobredosis por accidente con este medicamento pediátrico, según Sanidad
Medicamentos | Fuente: Canva

La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) lanzó una advertencia urgente por el riesgo de sobredosis accidental en niños y adolescentes que toman risperidona en su presentación oral. Este antipsicótico, usado en tratamientos de corta duración, puede ser peligroso si no se administra correctamente, especialmente cuando se confunden los decimales en las dosis pequeñas.

¿Cuál es el error más común al dar este medicamento?

Según la Aemps, el principal problema es la mala interpretación del dosificador, ya sea una jeringa o pipeta. Este error puede llevarte a administrar hasta diez veces más de la dosis recomendada, lo que pone en riesgo la salud del menor. Las dosis pediátricas recomendadas van de 0.25 a 1.5 mililitros, por lo que cualquier equivocación, incluso mínima, puede tener consecuencias graves.

¿Qué efectos puede provocar una sobredosis de risperidona?

Los síntomas de una sobredosis incluyen:

  • Somnolencia o sedación excesiva
  • Taquicardia (aumento de la frecuencia cardíaca)
  • Hipotensión (presión arterial baja)
  • Movimientos involuntarios o espasmos
  • Alteraciones del ritmo cardíaco, como la prolongación del intervalo QT
  • Convulsiones

Muchos de estos efectos requieren atención médica urgente. Por eso, es vital que sigas correctamente las instrucciones de dosificación.

¿Qué debes hacer para evitar una sobredosis?

Para prevenir errores, la Aemps recomienda lo siguiente:

  1. Usa siempre el dosificador original que viene con el medicamento.
  2. Mide con precisión la cantidad indicada. Por ejemplo, si debes dar 0.25 miligramos en una solución de 1 mg/ml, debes administrar exactamente 0.25 mililitros.
  3. Asegúrate de entender bien la jeringa o pipeta. Pide al personal de salud que te muestre cómo medir correctamente, sobre todo en volúmenes pequeños.
  4. Lava y seca el dosificador después de cada uso para evitar contaminación o errores en futuras dosis.

El riesgo de sobredosis con risperidona ya ha causado casos graves en Europa. Si tienes a tu cargo a un menor que utiliza este tratamiento, tómate el tiempo para revisar bien la dosis y la herramienta de medición. Una mala lectura puede poner en peligro su salud.

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