Un día para masticar: El mundo homenajea al siempre presente chicle

Esa goma de mascar, que parece tan siempre, tiene una historia que se remonta a miles de años, con un origen muy particular.

Por:

Cristian Ortega Mahan

El chicle, ese pequeño trozo de goma masticable que tanto nos gusta o nos molesta, tiene una historia fascinante que se remonta a miles de años.

Hoy, celebramos el Día del Chicle, un momento para reflexionar sobre su origen, composición química y los aspectos culturales que lo rodean.

Historia del chicle

El origen del chicle se encuentra en las selvas tropicales de Centroamérica y el sureste de México, donde los antiguos mayas comenzaron a recolectar la savia del árbol de chicozapote hace más de dos mil años. Este proceso consistía en hacer cortes en la corteza del árbol, permitiendo que la savia goteara y se acumulara en recipientes.

Después de un proceso de secado, se obtenía una goma masticable que los mayas utilizaban para limpiar la boca y los dientes, así como en rituales de ayuno.

La comercialización del chicle moderno se debe en gran parte a Antonio López de Santa Anna, expresidente de México, quien durante su exilio en Estados Unidos llevó consigo este producto. Su amigo, el fotógrafo Thomas Adams, comenzó a experimentar con la savia del chicozapote y finalmente logró crear el chicle tal como lo conocemos hoy.

Composición química del chicle

El chicle está compuesto principalmente por resinas naturales obtenidas del árbol de chicozapote, aunque en la actualidad muchos chicles utilizan resinas sintéticas. Estos ingredientes incluyen goma base, edulcorantes, plastificantes y saborizantes. La goma base proporciona la textura elástica característica del chicle, mientras que los edulcorantes y saborizantes le dan el sabor deseado.

Aspectos culturales del chicle

El chicle ha jugado un papel importante en diversas culturas a lo largo de la historia. En la antigua Grecia, los griegos masticaban una goma de masilla hecha de la resina del árbol de lentisco, que tenía propiedades antisépticas. En América del Norte, los indígenas americanos masticaban resina de abetos, y los colonos de Nueva Inglaterra adoptaron esta práctica.

En la actualidad, el chicle es una parte integral de la cultura popular, presente en películas, música y moda. Además, se ha demostrado que mascar chicle puede mejorar la concentración, reducir el estrés y ayudar a mantener una buena salud bucal.

El Día del Chicle es una oportunidad para celebrar este pequeño, pero significativo objeto que ha sido parte de nuestras vidas durante siglos. Desde sus humildes comienzos en las selvas mayas hasta su popularidad global, el chicle sigue siendo un símbolo de creatividad, innovación y diversión.