La Segunda Guerra Mundial y Nº 24: ¿Hay una historia real detrás de esta película?

Nº 24 es una película bélica que tiene a todos intrigados sobre si se basó en hechos reales.

Por:

Adonis Martínez

Las historias bélicas sobre la Segunda Guerra Mundial siguen siendo un género de éxito tanto en cines como en plataformas de streaming. Películas como Sin novedad en el frente, que logró cuatro premios Oscar en 2023, y Seis triple ocho, confirman que la audiencia sigue cautivada por relatos de coraje y sacrificio en tiempos de guerra.

Este año, Nº24, una película noruega que ocupa el tercer puesto en el ranking de Netflix, destaca por su historia impactante. En menos de dos horas, narra la vida de Gunnar Sønsteby, un joven que se une a la resistencia noruega tras la ocupación nazi en 1940. A lo largo de su lucha contra el fascismo, su increíble sacrificio y valentía hacen que su historia, aunque parezca increíble, sea completamente real. Recientemente te hablaba sobre si The Brutalist tenía o no una historia real, y hoy toca otro análisis más.

¿Es Gunnar Sønsteby una persona real?

Sí, lo cierto es que fue una persona real, nacido en 1918 en Rjukan, se unió a la resistencia noruega tras la invasión alemana en 1940. A los 22 años, comenzó a realizar sabotajes contra el régimen nazi, como robar planchas de impresión de billetes y destruir fábricas de armas. En 1941, entró en contacto con la embajada británica en Estocolmo, se unió al Special Operations Executive (SOE) y fue enviado a Oslo en 1943 como Agente 24.

A lo largo de su participación en la resistencia, Sønsteby destacó por sus habilidades en sabotaje y falsificación, creando más de 30 identidades falsas para escapar de la persecución nazi. A pesar de los esfuerzos alemanes por capturarlo, incluido el arresto de su padre en 1944 para obligarlo a revelar su paradero, Sønsteby continuó luchando contra la ocupación nazi hasta el final de la guerra.

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¿Cuándo murió Gunnar Sønsteby?

Gunnar Sønsteby dedicó su vida a la lucha por la libertad y la democracia, no solo durante la Segunda Guerra Mundial, sino también después de ella. A lo largo de los años, se convirtió en un defensor incansable de esos valores, impartiendo charlas en escuelas, escribiendo libros y participando activamente en la política de su país. Fue una figura clave en la construcción de la Noruega postbélica, trabajando en la política exterior y dejando una huella imborrable.

Su legado perduró hasta su muerte en 2012, a los 94 años. En reconocimiento a su vital papel como líder de la resistencia, recibió un funeral de Estado, al que acudieron el Primer Ministro y el Rey. Sønsteby pasó a la historia como un hombre cuya valentía y principios ayudaron a preservar la libertad de Noruega, un pueblo que aún le debe tanto.

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