Psicología: Con estos 5 trucos, podrás lograr controlar los celos dañinos

Si bien se trata de sentimientos naturales, es importante aprender a gestionarlos para no provocar conflictos en nuestras relaciones de pareja.

Por:

Cristian Ortega Mahan

No poder controlar los celos puede traernos problemas en nuestras relaciones de pareja, con amigos e incluso con compañeros de trabajo. Fuente: Canva - La Península

Sentir celos es una experiencia universal, aunque muchas personas prefieren evitarla o incluso negarla. A menudo rodeados de tabú, los celos pueden aparecer no solo en relaciones románticas, sino también en amistades o en el ámbito laboral.

Sin embargo, sentirlos no es necesariamente negativo ni nos convierte en malas personas. Lo importante es cómo los manejamos, ya que una gestión inadecuada puede generar conflictos y malestar emocional.

Según la psicóloga española Iratxe López Fuentes, los celos se vuelven problemáticos cuando nos desbordan y terminan dañando a quienes más queremos. Para prevenir esto, López Fuentes ofrece cinco estrategias clave para gestionar esta emoción de manera saludable, según cita Infobae.

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No poder controlar los celos puede traernos problemas en nuestras relaciones de pareja, con amigos e incluso con compañeros de trabajo. Fuente: Canva - La Península

1. Reconoce tu responsabilidad emocional

El primer paso para manejar los celos es asumir la responsabilidad sobre lo que sentimos. Aunque las acciones de otras personas o las circunstancias externas puedan desencadenar esta emoción, los celos son una respuesta interna basada en nuestras propias percepciones, inseguridades o experiencias pasadas.

Reconocer que los celos surgen dentro de nosotros nos permite recuperar el control sobre nuestras emociones, en lugar de culpar a los demás. Este proceso implica aceptar que los celos son parte de nuestra experiencia emocional y que, al final, tenemos la capacidad de decidir cómo responder.

2. Explora qué hay detrás de los celos

Los celos suelen ser una emoción superficial que enmascara miedos, necesidades o creencias más profundas. Reflexionar sobre su origen nos ayuda a comprendernos mejor y a abordar las causas subyacentes.

Por ejemplo, los celos pueden estar vinculados a inseguridades relacionadas con nuestra autoestima, miedo al abandono o una sensación de insuficiencia personal. Tomarse un tiempo para analizar estas emociones puede ayudarnos a identificar patrones que necesitamos trabajar.

Preguntas como “¿Qué temo perder realmente?”, “¿Esto tiene más que ver conmigo que con la otra persona?” o “¿Qué necesidad estoy tratando de proteger?”, pueden ser útiles para profundizar en nuestra autocomprensión.

3. No evites los celos

Un error común al tratar de gestionar los celos es intentar reprimirlos o ignorarlos. Según López Fuentes, este enfoque no solo es ineficaz, sino que puede intensificar la emoción con el tiempo.

Al igual que cualquier otra emoción, los celos necesitan ser reconocidos y validados. Permitirse sentirlos, sin juzgarse ni castigarse, es esencial para procesarlos de forma saludable.

Aceptar los celos no significa cederles el control, sino darles un espacio para ser reconocidos. Esto implica observar la emoción con curiosidad, practicando la autoempatía en lugar de resistirse a ella.

4. Evita actuar impulsivamente

Una de las mayores dificultades al enfrentar los celos es resistir la tentación de reaccionar de manera impulsiva. Este sentimiento puede desencadenar comportamientos como confrontaciones innecesarias, actitudes controladoras o decisiones precipitadas que a menudo empeoran la situación.

Gestionar los celos requiere aprender a detenerse antes de actuar. Tomar un momento para respirar, reflexionar y calmarse puede marcar la diferencia entre una reacción dañina y una respuesta constructiva.

Una buena práctica es alejarse temporalmente de la situación, permitiendo que la emoción se asiente. Esto no solo ayuda a evitar reacciones impulsivas, sino que también mejora la calidad de nuestras relaciones al abordar los problemas desde un lugar de calma y claridad.

No poder controlar los celos puede traernos problemas en nuestras relaciones de pareja, con amigos e incluso con compañeros de trabajo. Fuente: Canva - La Península

5. Habla sobre tus emociones

Hablar de los celos de manera honesta y respetuosa puede ser una herramienta poderosa para gestionarlos, señala López Fuentes. Expresar lo que sentimos a la persona involucrada, cuando corresponde, abre un espacio de comprensión mutua y evita malentendidos.

Es crucial que esta conversación surja desde la vulnerabilidad, evitando acusaciones o culpas. Según la psicóloga Brenda Ruano, de Avance Psicólogos, una comunicación sincera y empática puede fortalecer las relaciones al permitirnos trabajar juntos en nuestras inseguridades y necesidades emocionales.

Aprender a gestionar los celos no solo nos ayuda a sentirnos mejor con nosotros mismos, sino que también mejora nuestras relaciones. Reconocer, explorar y procesar esta emoción de manera constructiva nos permite crecer como individuos y fomentar vínculos más saludables con quienes nos rodean.

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