García Márquez escribió de una manera muy particular la novela que se transformó en un éxito de Netflix

La serie basada en la novela, recientemente estrenada, ha puesto de manifiesto un resurgir del interés por la obra maestra del Novel colombiano.

Por:

Cristian Ortega Mahan

La llegada de la serie Cien años de soledad a Netflix, basada en la obra maestra de Gabriel García Márquez, ha desatado opiniones encontradas. La producción, dirigida por Laura Mora y Alex García López, está realizada en español con un elenco colombiano, y consta de una primera entrega de ocho episodios. Aunque aún no hay fecha confirmada, se espera que su continuación llegue en el 2025.

Para muchos, la serie es un logro en producción, con escenarios majestuosos y momentos visualmente cautivadores.

Sin embargo, también ha recibido críticas por su ritmo acelerado. La periodista Daniela Lagos, del diario chileno La Tercera, señala que los capítulos iniciales parecen un “resumen para la prueba”, con escenas que pasan rápidamente, cumpliendo con los hitos de la historia, pero sin transmitir la emoción profunda del libro.

El origen de una obra monumental

Gabriel García Márquez, conocido cariñosamente como Gabo, no tuvo un camino sencillo hacia el éxito. Su carrera comenzó como periodista en El Espectador, donde publicó su primer cuento, La tercera resignación, en 1947. Aunque lo envió sin expectativas, verlo publicado a ocho columnas fue un hito inesperado en su vida. Sin embargo, su precariedad económica era tal que ni siquiera podía comprar el ejemplar donde salía su relato.

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Antes del boom de Cien años de soledad en 1967, García Márquez ya había publicado obras como La hojarasca (1955), El coronel no tiene quien le escriba (1961) y Los funerales de la Mamá Grande (1962). A pesar de sus avances como escritor, su situación económica era difícil.

Ya instalado en México con su esposa Mercedes Barcha y sus dos hijos, Gabo atravesó una época de carencias materiales, pero de gran creatividad. “Era una época dura porque no teníamos dinero, pero muy buena porque escribía como un tren”, recordaba el autor.

La confianza inquebrantable de Mercedes

García Márquez confesó que el proceso de escritura de Cien años de soledad fue tan absorbente que pasó 18 meses encerrado en un cuarto. Mercedes, su compañera de vida, asumió las riendas del hogar y mantuvo una fe inquebrantable en el talento de su marido. En una ocasión, cuando el propietario de la casa llamó por el atraso en el pago del alquiler, ella aseguró con firmeza que le debían meses adicionales porque Gabo aún no había terminado el libro.

El sacrificio fue enorme. Cuando García Márquez finalizó el manuscrito, el envío de las 700 páginas a Argentina resultó otro desafío económico. La pareja, con escasos recursos, decidió partir la novela en dos paquetes para reducir costos. Para completar el dinero restante, empeñaron un calefactor, un secador de pelo y una juguera. “Mercedes salió del correo verde de enojo y me dijo: ‘Ahora solo falta que la novela sea mala’”, relató Gabo con humor años después.

La confianza de Mercedes y el esfuerzo del escritor finalmente dieron frutos. La publicación de Cien años de soledad marcó un antes y un después en la literatura latinoamericana y catapultó a García Márquez como una figura central del realismo mágico. El Premio Novel de Literatura, en 1982, fue el colorario de una carrera sin igual.

Un legado eterno

La adaptación de Netflix no solo revive la obra de García Márquez, sino también su legado. La serie ha generado debate entre los fieles lectores de la novela y quienes la descubren por primera vez. Si logra estar a la altura del libro o no, solo el tiempo y los espectadores lo dirán.