Gladiator 2: ¿Por qué Ridley Scott cambió a Timothée Chalamet por Paul Mescal?

¿Por qué tomó el director esta decisión tan drástica?

Por:

Adonis Martínez

Ridley Scott parece haber tocado la fibra del público al elegir a dos de los actores más queridos del momento como protagonistas de Gladiator II. Paul Mescal y Pedro Pascal han demostrado una química imbatible en pantalla, convirtiéndose en uno de los puntos más destacados de esta esperada secuela. La elección de Scott ha sido aplaudida como un movimiento maestro, consolidando a Mescal y Pascal como las “novios de Internet” de esta épica película. Sin embargo, lo que pocos saben es que el camino hacia el reparto final no fue tan directo como parece.

En los primeros planos del director, el papel de Lucio tenía otro nombre escrito con letras doradas: Timothée Chalamet. Reconocido por su habilidad para brillar en cualquier género, Chalamet era la primera opción de Scott para interpretar al heredero del legado de Máximo. Sin embargo, las circunstancias llevaron a que Paul Mescal tomara el relevo, y ahora, su poderosa interpretación ha demostrado ser más que merecida. Aunque Chalamet parecía la apuesta segura, el talento de Mescal ha dejado claro que Ridley Scott tomó la decisión correcta, sorprendiendo incluso a los más escépticos.

¿Por qué sucedió este cambio?

Ridley Scott confesó a The Hollywood Reporter que Timothée Chalamet fue su primera opción para interpretar a Lucio en Gladiator II. Sin embargo, su decisión cambió tras ver a Paul Mescal en Normal People, una actuación que lo convenció de que era el indicado para el papel.

Aunque los productores inicialmente preferían a una estrella más conocida como Chalamet, Scott los llevó a ver a Mescal en la obra Un tranvía llamado deseo. Tras presenciar su talento en directo, no hubo dudas: Mescal era la elección perfecta para liderar la esperada secuela.

Te podría interesar

Russell Crowe le pidió a Ridley Scott volver en Gladiador II: ¿Qué le dijo el director?

Paul Mescal y el salto a un gran proyecto

Para Paul Mescal, dar el salto de producciones independientes a una superproducción como Gladiator II era una oportunidad única que no podía dejar pasar. Aunque elegir su primer gran proyecto de estudio pudo ser un movimiento decisivo en su carrera, la combinación de Ridley Scott al mando y el peso emocional de esta película lo convirtió en un sueño hecho realidad. Era, sin duda, la oportunidad perfecta para demostrar su talento en un escenario mucho más amplio.

Con su fichaje, todo encajó en el reparto, dejando a productores y público entusiasmados. Sin embargo, no todos quedaron completamente felices.