El significado de sentir olor a dulces de la nada

Todos los aromas tienen significados distintos. Descubre el significado del olor a chuches y su posible origen leyendo aquí abajo.

Por:

Nicolas Lafferriere

El sentido del olfato puede localizar todo tipo de aromas, incluso de aquellos que no se encuentran cerca al momento de percibirlos. Tal es el caso del olor tan característico de los dulces y el azúcar. ¿Pero por qué razones podemos llegar a sentir este aroma en particular?

¿Fantosmia o algo más?

Desde el lado científico, uno de los justificativos que podemos encontrar es una posible alucinación olfativa, conocida en la ciencia médica como Fantosmia. Se trata de un tipo de “detección falsa” que realiza nuestro olfato, y que puede involucrar todo tipo de aromas que el paciente haya percibido en algún momento de su vida.

Algunos estudios aseguran que la Fantosmia es una señal temprana de una enfermedad neurodegenerativa, como es la enfermedad de Parkinson o una hemorragea intercraneal. También se ha asociado con los casos de depresión crónica o trastornos de ánimo. A día de hoy, es difícil llegar con síntomas exactos, aunque la Universidad de Brown comprobó que el 80% de los pacientes mayores de 80 años desarrollan este u otros trastornos olfativos.

El significado espiritual

Pero hay otro punto de vista importante que debemos considerar, y es el espiritual. Los olores sin razón despiertan la curiosidad, sugiriendo que en sus evocativas fragancias podría ocultarse un misterioso mensaje del universo que estamos destinados a descifrar.

En el caso de los aromas dulces, como el de los chuches, vainillas o naranjas, suele decirse que están asociados con la presencia de seres de luz. En el mundo espiritual, se tratan de entidades espirituales que cuidan de nosotros. Se les conoce, entre otras cuestiones, por acompañar a nuestros difuntos en el tránsito de la vida a la muerte.

El psicólogo Marco Antonio González Villa explica que el concepto “ser de luz” está relacionado con lo bueno, lo necesario, lo positivo y, en el caso de la religión, con la salvación del alma y el espíritu. Las personas que son llamadas bajo dicho término suelen practicar la meditación o el rezo, con el fin de mantener su equilibrio, se llevan bien con los niños y los animales, resuelven los conflictos de manera pacífica y anteponen sus valores.