Conoce a la última mujer que compitió en la Fórmula 1 y el evidente “techo de cristal”

Las protagonistas de la historia de la Fórmula 1 son muy pocas, incluso llamando la atención de los propios protagonistas.

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Por:

Cristian Ortega Mahan

Conoce a la última mujer que compitió en la Fórmula 1 y el evidente “techo de cristal”
Las mujeres en la Fórmula 1 tienen un "techo de cristal" que las segrega de la máxima categoría del automovilismo mundial. Fuente: Canva - La Península - Pexels

La Fórmula 1 ha sido, históricamente, un espacio dominado por hombres. La última mujer que intentó competir en un Gran Premio fue la italiana Giovanna Amati, en 1992, aunque no logró clasificarse para la parrilla. Antes de ella, la también italiana Lella Lombardi fue la última en cruzar la bandera a cuadros, en 1976.

Desde entonces, ninguna mujer ha vuelto a participar en el ‘Gran Circo’. Para la piloto británica Abbie Eaton, esta situación no es casualidad. Según su análisis, el automovilismo enfrenta un problema estructural: un “techo de cristal” que limita el acceso de las mujeres a las categorías más altas.

Eaton, conocida por su paso por la W Series —el campeonato exclusivamente femenino que precedió a la F1 Academy— y ganadora de varias competiciones de turismos, compartió sus opiniones en el podcast BackSeat Drivers. Según ella, la ausencia de mujeres en la parrilla de Fórmula 1 tiene su origen en las categorías inferiores. “Los jefes de la Fórmula 2 no quieren mujeres”, denunció. Esto, combinado con las exigencias técnicas de los monoplazas, hace que el acceso femenino sea aún más complicado.

    “Ha habido conversaciones sobre por qué no hay mujeres en la parrilla de F2. Se les pidió que incluyeran dirección asistida en los coches, y ellos respondieron: ‘No necesitamos dirección asistida’. Está claro, entonces, que no habrá mujeres en su campeonato”, explicó la piloto. Este tipo de obstáculos, según Eaton, refleja una falta de voluntad para crear condiciones igualitarias en el automovilismo.
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La italiana Giovanna Amati, en 1992, fue la última mujer que intentó correr un GP de Fórmula 1. Fuente: Canva - La Península - MotorSport

El “techo de cristal” y los retos físicos de las categorías superiores

Eaton, reconocida también por su participación en el programa de Amazon Prime The Grand Tour, sostiene que existe un “techo de cristal” en el automovilismo. Este concepto, utilizado en estudios de género, se refiere a barreras invisibles que impiden el avance de las mujeres en ciertos ámbitos profesionales. “Las cosas están hechas para los hombres”, afirmó, subrayando que el diseño de los coches y las estructuras de las competiciones favorecen a los pilotos masculinos.

Además, señaló que las categorías inferiores, como la Fórmula 4, permiten una participación más equitativa, ya que las demandas físicas no son tan altas. Sin embargo, en la Fórmula 3 y la Fórmula 2, los desafíos aumentan significativamente: “Las fuerzas G no son el principal problema, pero la dirección y el efecto aerodinámico son demasiado pesados”.

Opiniones encontradas: el debate sobre campeonatos femeninos

No todas las mujeres en el automovilismo comparten las opiniones de Eaton. Sophia Flörsch, piloto alemana de renombre, ha rechazado públicamente los campeonatos exclusivamente femeninos, como la W Series o la F1 Academy. Flörsch defiende que la competencia debe ser mixta, en igualdad de condiciones. Según ella, competir solo contra mujeres no fomenta un verdadero progreso.

Eaton, sin embargo, no está de acuerdo con Flörsch. “Está equivocada en algunos puntos. Todas pensamos igual, pero aquí podemos ganar dinero sin tanto coste personal. Ella tiene una familia adinerada y patrocinadores importantes. Esa es la diferencia”, replicó la británica, acusando incluso al padre de Flörsch de manejar sus redes sociales.

El debate entre las pilotos refleja las tensiones internas sobre cómo abordar la desigualdad en el automovilismo. Eaton cree que la falta de representación femenina no solo se debe a limitaciones físicas o técnicas, sino también a una cultura que sigue priorizando a los hombres.

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