31 años después, así se vive la reconstrucción del crimen a Anabel Segura

Netflix analiza el caso con su popular estilo de ‘true crime’, aportando detalles inéditos sobre las negociaciones.

Por:

Adonis Martínez

Así descubrieron a los implicados detrás del secuestro de Anabel Segura. Fuente: Producción en Canva PRO y La Península.

El 12 de abril de 1993, el país entero se conmocionaba con el secuestro de Anabel Segura, una joven de 22 años que fue raptada mientras hacía deporte en La Moraleja. Lo que inicialmente parecía un plan mal ejecutado para conseguir dinero rápido terminó en asesinato ese mismo día, aunque la familia de Anabel vivió un calvario de más de dos años creyendo que seguía viva. La tragedia de este caso, que dejó profundas cicatrices en la sociedad española, regresa hoy al foco mediático gracias a Netflix.

Con el estreno de 900 días sin Anabel, la plataforma revive uno de los crímenes más impactantes de la década de los 90, mezclando detalles inéditos con su aclamado formato de true crime. Una mirada al pasado que no solo expone los errores de los responsables, sino también el sufrimiento de quienes esperaron respuestas durante demasiado tiempo.

Uno de los crímenes más sonados de España, reconstruido en Netflix

Era un día festivo cuando Anabel Segura salió a correr, como solía hacer, por las inmediaciones de su urbanización en La Moraleja. Equipada con un walkman y un chándal, su rutina fue interrumpida brutalmente en las proximidades del Colegio Escandinavo, donde una furgoneta se detuvo frente a ella. Tras un forcejeo, un hombre robusto la introdujo a la fuerza en el vehículo. Un jardinero cercano escuchó los gritos, pero, pese a dar aviso inmediato a la policía, no pudo detener el secuestro ni identificar a los agresores.

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    Cándido Ortiz, apodado El Candi; Emilio Muñoz, conocido como El facha, y Felisa García, esposa de Emilio, resultaron ser los responsables del crimen. Este suceso, que comenzó como un intento desesperado de conseguir dinero, se convertiría en una de las tragedias más recordadas de la crónica negra española.

Un crimen marcado por la improvisación

La falta de experiencia de los secuestradores quedó evidente desde el principio. Tras raptar a Anabel Segura, las dudas los invadieron: ¿dónde mantenerla retenida durante días? ¿Qué ocurriría si lograba identificar a sus captores? Durante horas recorrieron las carreteras de Madrid, Toledo y Ávila con la joven en la parte trasera de la furgoneta, sin un plan claro. Cuando cayó la noche, se dirigieron a una fábrica de azulejos abandonada en La Sagra, Toledo, donde tomaron la terrible decisión de acabar con su vida apenas unas horas después del secuestro.

A pesar de lo ocurrido, dos días más tarde lograron contactar con los padres de Anabel para pedir un rescate, iniciando así una búsqueda desesperada que movilizó a todo el país. Autoridades y ciudadanos unieron esfuerzos para localizarla, con la creencia de que seguía viva. Mientras tanto, los responsables mantuvieron la farsa, ocultando una verdad que sería aún más devastadora.

Engaños, pruebas falsas y una revelación clave

El caso de Anabel Segura fue llevado por Netflix a la pantalla. Fuente: X @NetflixES - Canva

El cuerpo de Anabel Segura permaneció oculto en una zona abandonada de Toledo mientras sus secuestradores prolongaban el engaño para conseguir dinero. Durante meses realizaron llamadas telefónicas en las que acordaron falsos rescates en lugares como Tarancón y Guadalajara, aunque nunca cumplieron con sus propios planes. La angustia de la familia aumentó hasta que, cinco meses después, pidieron pruebas de vida. Felisa García, implicada en el crimen, se hizo pasar por Anabel en una grabación que fue difundida por diversos medios, manteniendo viva la mentira.

    La investigación dio un vuelco decisivo cuando los agentes identificaron un acento toledano en las voces de las grabaciones. Esta pista se confirmó gracias a un ciudadano que, al escuchar las llamadas difundidas, reconoció una de las voces y avisó a las autoridades. Este detalle resultó crucial para acercar a los investigadores a los culpables.

La confesión que destapó la verdad sobre Anabel

El caso de Anabel Segura dio un giro definitivo el 28 de septiembre, cuando Emilio Muñoz, un repartidor de Toledo, fue detenido. Durante el interrogatorio, confesó haber participado en el crimen y reveló la ubicación del cuerpo de la joven, que llevaba más de dos años desaparecida. Su confesión puso fin a la farsa que mantuvieron los responsables, dejando al descubierto la cruel verdad detrás del secuestro.

Tras el juicio, Emilio Muñoz, conocido como El facha, y Cándido Ortiz, apodado El Candi, recibieron penas de 43 años y 6 meses de prisión por secuestro y homicidio doloso. Felisa García, alias La churrera de Pantoja, fue condenada a 2 años y 4 meses por su papel en el encubrimiento del crimen. De los tres responsables, Emilio y Felisa aún viven, mientras que Cándido falleció en 2009 en la prisión de Ocaña, donde cumplía su condena.

Emilio Muñoz, el asesino de Anabel Segura. Fuente: Producción en Canva PRO y La Península.

Han pasado 31 años desde que el secuestro de Anabel Segura conmocionó a todo un país, pero su recuerdo sigue vivo en la memoria colectiva. Durante más de dos años, la ciudadanía española unió esfuerzos para colaborar con las autoridades en una búsqueda que mantuvo a la nación en vilo. Ahora, tres décadas después, Netflix revive este impactante caso con su exitoso enfoque de true crime, como ya hizo con otros crímenes mediáticos como el de la Guardia Urbana o el caso Asunta.

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