¿Cuándo una conexión digital entre dos personas se vuelve íntima?

Las aplicaciones de mensajería pueden convertirse en ámbitos confesionales donde lo que podría ser una infidelidad para mucho más desapercibida. ¿Dónde está el límite?

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Por:

Cristian Ortega Mahan

¿Cuándo una conexión digital entre dos personas se vuelve íntima?
Las relaciones a través de apps pueden convertirse en "aventuras digitales". Fuente: Canva - Pexels - La Península

En la era digital, las aplicaciones de mensajería como WhatsApp, Instagram o Facebook, han transformado profundamente la manera en que nos relacionamos. Hoy en día, el límite entre una amistad cercana y lo que los psicólogos denominan “aventura emocional” se ha vuelto más difuso. Este fenómeno, aunque no siempre incluye un componente sexual, puede ser tan intenso que llegue a amenazar la estabilidad de una relación de pareja.

Una aventura emocional ocurre cuando una persona establece una conexión íntima y profunda con alguien que no es su pareja. Estas relaciones pueden ser tan poderosas emocionalmente que, aunque no haya contacto físico, generan conflictos en la pareja principal. La frecuencia de las conversaciones, el compartir secretos y la dependencia emocional que se forma con la otra persona son factores que pueden desarrollar una intimidad peligrosa, según expertos.

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Las relaciones a través de apps pueden convertirse en "aventuras digitales". Fuente: Freepik

La infidelidad emocional

La psicóloga estadounidense Shirley Glass, reconocida por su estudio sobre la infidelidad emocional, sostiene que uno de los principales indicadores de esta clase de aventura es cuando una persona comienza a pasar más tiempo emocional con alguien externo a su pareja. Según Glass, compartir secretos y buscar consuelo en otra persona en lugar de tu pareja es una clara señal de que se está cruzando la línea hacia una aventura emocional. Las aplicaciones de mensajería instantánea, como WhatsApp, facilitan que estas interacciones se mantengan constantes y, lo más peligroso, privadas. Las conversaciones pueden prolongarse durante meses o incluso años, lo que refuerza la sensación de intimidad.

Lo que vuelve especialmente complicado este tipo de relación es que, en apariencia, puede parecer inofensivo. Los mensajes instantáneos generan una sensación de urgencia y cercanía que puede ser adictiva. Glass advierte que es fácil enviar un mensaje a alguien cuando la pareja no está disponible o no parece comprender en ese momento, lo que incrementa la dependencia emocional hacia la otra persona.

Aunque no haya un componente sexual (suele haber cibersexo), la intensidad emocional que caracteriza a estas aventuras puede acabar reemplazando la conexión dentro de la relación principal. Según la terapeuta de relaciones Esther Perel, autora de The State of Affairs, la clave de una aventura emocional reside en el secreto. “La exclusividad emocional es lo que define la relación de pareja, y cuando esa exclusividad se comparte con otra persona, estamos ante una infidelidad emocional, aunque no haya contacto físico”, explica Perel.

Uno de los signos más evidentes de una aventura emocional es cuando las conversaciones con la otra persona se vuelven más frecuentes y profundas que las que se tienen con la pareja. Además, la sensación de culpa o la necesidad de ocultar la relación son señales claras de que se está cruzando una línea inapropiada. Si alguien siente la necesidad de borrar mensajes o esconder las conversaciones, es probable que ya esté inmerso en una aventura emocional.

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Las "aventuras digitales" van a terminar afectado la pareja. Fuente: Canva

El impacto que este tipo de aventuras puede tener en una pareja es devastador. Aunque no haya contacto físico, la traición emocional genera inseguridad, celos y una pérdida de confianza que puede resultar muy difícil de superar. El vínculo emocional es, a menudo, el núcleo de una relación de pareja, y cuando este vínculo se traslada a otra persona, la relación principal tiende a deteriorarse. Este distanciamiento emocional también suele afectar la comunicación entre la pareja, lo que lleva a un ciclo de insatisfacción y desconexión emocional.

Para evitar caer en una aventura emocional, es fundamental establecer límites claros en las interacciones digitales. Reflexionar sobre el propósito de estas conversaciones y cuestionar si la intensidad emocional es adecuada para alguien que no es la pareja puede ayudar a prevenir situaciones inapropiadas. Perel sugiere que muchas personas no ven sus interacciones como infidelidad si no hay contacto físico, pero eso no significa que sus parejas no lo perciban como tal. La transparencia y una comunicación honesta son clave para evitar que las relaciones digitales se conviertan en una amenaza para la pareja.

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