Erotomanía, el trastorno que le hace pensar a alguien que Brad Pitt o Scarlet Johansson lo ama

Casos de personas que son estafadas por otros que se hacen pasar por estrellas internacionales que terminan pidiendo dinero, han sorprendido al mundo. Tienen explicación.

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Cristian Ortega Mahan

Erotomanía, el trastorno que le hace pensar a alguien que Brad Pitt o Scarlet Johansson lo ama
Brad Pitt y Scarlett Johansson han tenido "enamorados" que no conocían, como otros famosos. Fuente: AP - Canva - La Península

Más de una mujer desearía conquistar a George Clooney (63) o, por qué no, a Brad Pitt (60), actores que, como los buenos vinos, parecen mejorar con los años. ¿Qué tendría de extraño? El delirio sería pensar que esos ojos negros de Clooney atraviesan la pantalla de televisión o que la sonrisa pícara del ex de Angelina Jolie (49) está dedicada a ti.

No se trata solo de fantasear, sino de un trastorno muy identificado en el campo de la Psiquiatría, conocido como erotomanía, una obsesión por un amor ficticio. Este trastorno lleva a la persona a creer que alguien famoso está enamorado de ellos. Es este tipo de fantasía la que ha provocado que algunas mujeres caigan en estafas, como el reciente caso del falso Brad Pitt, que engañó a varias ancianas haciéndoles creer que estaban siendo seducidas por el actor. Sin embargo, todo era una trama criminal para estafarlas económicamente.

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Estafadores engañaron a mujeres que creían estar dialogando con Brad Pitt. Fuente: La Península

La ciencia explica este comportamiento

¿Cómo es posible que alguien crea que una estrella de Hollywood se ha enamorado de una persona a quien ni siquiera conoce? La erotomanía, también conocida como síndrome de Clérambault, es una forma de delirio paranoico poco común. Los afectados creen firmemente en el amor que piensan recibir sin necesitar más pruebas que sus propios pensamientos. Esta condición fue descrita por el psiquiatra francés Gaëtan Gatian de Clérambault en 1921, en su obra Las psicosis pasionales.

Afecta más a la población femenina

    Generalmente, la erotomanía afecta más a las mujeres. Los casos del falso Brad Pitt o del periodista deportivo Paco González (57) lo confirman. En 2016, Lorena Gallego atacó a la esposa de González porque estaba convencida de que él la amaba, y que la esposa era un obstáculo en su relación ficticia. Los psicólogos forenses que la examinaron diagnosticaron que sufría un trastorno delirante erotomaníaco, que le hacía vivir en una realidad paralela.

Este trastorno no está necesariamente vinculado a otras enfermedades psiquiátricas como la esquizofrenia o el trastorno bipolar. Sin embargo, a menudo quienes lo padecen muestran rasgos de personalidad celosa o narcisista. También es común entre personas solitarias o deprimidas. Las redes sociales han intensificado el riesgo de la erotomanía, ya que facilitan el contacto y la observación de celebridades que antes eran inalcanzables.

Una de las señales más características de la erotomanía es la persistencia en intentar comunicarse con el supuesto “enamorado”, con la convicción de que el afecto es mutuo. En los casos de actores o presentadores, los afectados llegan a interpretar gestos o miradas en la cámara como mensajes directos hacia ellos.

No implica atracción sexual

Este trastorno no implica una atracción sexual, sino una fantasía romántica que se ha llegado a denominar melancolía erótica o psicosis pasional. En el pasado, se pensaba que este tipo de delirios afectaba principalmente a mujeres solteras mayores, pero en las últimas décadas, los casos masculinos han aumentado. Incluso Shakira (47) ha sido víctima de acosadores con erotomanía. Uno de ellos fue detenido este año en Texas, convencido de que mantenía una relación amorosa con la cantante. Otro escribía mensajes frente a su casa con frases como “vengo a por ti, mi amor”.

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Shakira también ha sido acosada por un "enamorado" que no conocía. Fuente: La Península

El caso más mediático fue el intento de asesinato del expresidente Ronald Reagan, en 1981. Su agresor, John Hinckley Jr. (69), estaba obsesionado con la actriz Jodie Foster (61) y vio en ese acto una demostración de amor. Aunque no fue encarcelado, pasó 35 años en un hospital psiquiátrico.

Este tipo de delirios se construyen a partir de falsas creencias, como “me ama, no hay duda” o “no puede ser feliz sin mí”. En todos los casos se pueden observar las tres fases que describió Clérambault: esperanza, despecho y rencor. Los expertos aconsejan no tomar a la ligera este tipo de trastornos y denunciar cualquier forma de acoso o intromisión en la vida privada.

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