Esta es la razón por la que nos ponemos de mal humor cuando tenemos hambre

Desde la Psicología se explica claramente la relación entre tener apetito y el mal humor que nos embarga.

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Por:

Cristian Ortega Mahan

Esta es la razón por la que nos ponemos de mal humor cuando tenemos hambre
Tener hambre hace que nos pongamos de muy mal humor. Fuente: Canva - La Península

La relación entre el hambre y el estado emocional ha sido un tema de estudio interesante para la ciencia. La pregunta es: ¿cómo el hambre puede generar sensaciones intensas que alteran nuestro comportamiento y estado de ánimo?

El hambre no es solo una necesidad fisiológica, también afecta el estado emocional. El hipotálamo, la región del cerebro responsable de gestionar el apetito, juega un papel clave en esto. A lo largo de la historia, sobrevivir al hambre ha sido un desafío para la humanidad.

Aunque hoy en día muchos tienen acceso fácil a alimentos, el cerebro sigue respondiendo al hambre de manera primitiva, priorizando la búsqueda de comida por encima de todo. Incluso los animales, cuando están hambrientos, son más peligrosos porque su cerebro los empuja a conseguir alimentos a toda costa.

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Tener hambre hace que nos pongamos de muy mal humor. Fuente: Canva - La Península

Las señales

El hipotálamo no diferencia entre la comida que tenemos en la nevera y la falta de alimentos en el entorno. Recibe señales de varias fuentes, como el tubo digestivo, los nutrientes en la sangre, las hormonas gastrointestinales y del tejido adiposo, además de los sentidos como la visión y el olfato.

Estas señales informan al cerebro sobre el nivel de hambre o saciedad. Si el cuerpo no recibe suficiente glucosa, el cerebro comienza a enviar señales que nos alteran emocionalmente, afectando nuestra concentración, estado de ánimo e incluso nuestros sentidos, lo que puede llevar a alucinaciones.

El término “hangry”, una combinación de las palabras inglesas “hungry” (hambriento) y “angry” (enfadado), ha ganado popularidad en los últimos años. Un estudio de la Universidad de Guelph en Canadá, en 2018, investigó el comportamiento de ratas privadas de glucosa. Los investigadores descubrieron que las ratas hambrientas tenían niveles más altos de cortisol, la hormona del estrés, lo que las hacía estar más irritables. Este estudio concluyó que la hipoglucemia es un importante factor de estrés tanto físico como psicológico.

Ese mismo año, un estudio de la Universidad de Chapel Hill en Estados Unidos exploró el “hangry” en humanos, matizando que el mal humor asociado al hambre no es solo una respuesta automática. Las personas experimentan malestar físico debido a la falta de comida y pueden interpretar ese malestar como una emoción fuerte hacia otras personas o situaciones. La clave, según los investigadores, es ser consciente de cómo el hambre afecta el estado emocional. Aquellos con mayor conciencia emocional tienden a controlar mejor su mal humor causado por el hambre.

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Tener hambre hace que nos pongamos de muy mal humor. Fuente: Canva - La Península

Relación clara

Estudios recientes han corroborado esta idea, sugiriendo que las personas que son conscientes de su hambre y sus efectos emocionales experimentan menos irritabilidad y enojo. Esto demuestra que comprender el funcionamiento del cerebro y su relación con las emociones puede ayudar a controlar mejor las reacciones derivadas del hambre. Al final, comer es una solución simple para evitar el mal humor, siempre que haya acceso a alimentos.

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