Victoria Federica revela en El Hormiguero qué hizo cuando quedó libre de Guardaespaldas

La hija de la infanta Elena, quien también es influencer, ofreció su primera entrevista televisiva en ‘El Hormiguero’, donde habló sobre su participación en ‘El Desafío’ y cómo ha sido crecer siendo parte de la Familia Real.

Por:

Adonis Martínez

Victoria Federica, nieta de los reyes eméritos Juan Carlos I y Sofía de Grecia, e hija de la infanta Elena y Jaime de Marichalar, acudió a El Hormiguero como una de las futuras participantes de El Desafío. Durante su entrevista, no solo habló de su incursión en el concurso, sino también de cómo ha vivido bajo el escrutinio de las cámaras desde su nacimiento, debido a su pertenencia a la Familia Real.

Pablo Motos quiso conocer qué es lo que más disfruta de España, a lo que Victoria respondió: “El estilo de vida, la gastronomía, el clima y nuestras diversas culturas”. Además, Victoria confesó su reciente amor por la fideuá, especificando que la prefiere “con mucho socarrat y alioli”.

Los guardaespaldas, un habitual en la vida de la realeza

Victoria Federica también compartió lo que haría si pudiera pasar desapercibida por las calles: “Haría muchas cosas”, afirmó con entusiasmo, revelando que la primera sería “darme un buen paseo por Madrid, completamente sola”.

Al ser preguntada sobre la constante presencia de guardaespaldas en su vida, explicó que la han acompañado desde su nacimiento: “Desde el minuto en que nací, siempre tuve guardaespaldas. Estuvieron conmigo hasta los 18 años”. Aunque afirmó haber llevado la situación bastante bien, admitió que durante la adolescencia le resultaba agobiante, a pesar de haber desarrollado un gran afecto por ellos. “A muchos los adoro y todavía mantengo contacto”, añadió.

Con una sonrisa, relató que la relación era tan cercana que cuando se encuentran, siente alegría y los abraza, aunque bromeó diciendo que a veces la apartan porque siguen en servicio.

Así vivió Victoria que sus guardaespaldas dejasen de estar con ella

Victoria Federica recordó claramente el primer día en que dejó de tener la compañía constante de guardaespaldas al cumplir los 18 años, una experiencia que marcó un antes y un después en su vida. “Lo recuerdo perfectamente”, confesó. Acostumbrada a esa protección desde el momento de su nacimiento, la noticia de que ya no estarían a su lado le resultó difícil de asimilar. “Les llamé y me dijeron que ya no podían estar. Fue un cambio importante, y aunque al principio me costó, con el tiempo me fui adaptando”.

Sin embargo, admitió que extrañaba su presencia: “Los eché mucho de menos”. No solo se trataba de protección, sino de una relación cercana que había construido con ellos a lo largo de los años. Durante ese período de transición, Victoria comenzó a acostumbrarse a su nueva independencia, aunque siempre con el recuerdo de aquellos que la cuidaron durante gran parte de su vida.