4 factores de riesgo que indican que podrás sufrir problemas en los pies

Los pies son una compleja estructura que soporta todo el peso del cuerpo durante todo el día e incluso hasta cuatro veces más cuando corremos.

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Por:

José Banco

4 factores de riesgo que indican que podrás sufrir problemas en los pies
La salud del pie puede ser una pauta sobre su salud general. Por ejemplo, la rigidez de las articulaciones puede significar artritis. Fuente: Pexels

Cada una de estas extremidades está constituida por 33 articulaciones, 26 huesos, 19 músculos y 107 ligamentos, que pueden sufrir sobrecargas y trastornos, que conviene prevenir y consultar a tiempo para evitar males mayores. Un especialista en pies se denomina podólogo, es un médico especializado en el cuidado de los pies y en el diagnóstico y tratamiento de las afecciones que les afectan. Los podólogos pueden ayudar a identificar la causa del dolor en el pie o en el talón y a elaborar un plan de tratamiento. También pueden tratar problemas como juanetes, callos, espuelas de talón, dedos en martillo, fascitis plantar, uñas encarnadas, hongos y pies planos.

Signos de alarma

Estos son algunos de los síntomas de los problemas podales más frecuentes:

· Mal olor: en verano, la sudoración excesiva por el calor y la humedad que se genera pueden aumentar la presencia de las bacterias causantes de este incómodo trastorno y favorecer infecciones como el pie de atleta.

También la bomhidrosis plantar se caracteriza por el mal olor y puede estar relacionada con problemas metabólicos, alteraciones hormonales o el consumo de demasiados alimentos procesados. El podólogo ayudará a determinar el origen de este síntoma y, en función de ello, puede recetar medicamentos fungicidas o antibacterianos y darnos instrucciones para mantener una higiene adecuada que elimine el mal olor.

· Durezas y callosidades: a causa de la fricción y presión continuadas de la piel de los pies con el calzado aparecen estas capas duras y abultadas que pueden causar molestias al caminar. Estas afecciones se tratan en consulta mediante la quiropodia, el tratamiento que realiza el podólogo con herramientas específicas para limarlas y reducirlas.

· Dolor: puede tener diversos orígenes que el podólogo ha de determinar. Una causa común de este síntoma es la fascitis plantar. Se trata de una inflamación de la fascia, un tejido del interior de la planta del pie, que es más habitual en personas con sobrepeso y deportistas.

El dolor y los pinchazos en la parte interna del talón al pisar pueden deberse a un espolón calcáneo, resultado de calcificaciones en esta zona del pie. En ambos casos, el tratamiento suele basarse en una medicación antiinflamatoria y el uso de plantillas ortopédicas y ejercicios, entre otras medidas.

· Problemas en las uñas: la onicomicosis es una infección por hongos que se produce en las uñas de los pies y se manifiesta con el engrosamiento de éstas y la aparición de manchas blancas o amarillas. La visita al podólogo será imprescindible para que nos recomiende el tratamiento adecuado al igual que en el caso de que haya una uña encarnada, que termina clavándose en la piel.

· Juanetes: esta desviación del dedo gordo puede afectar al resto de dedos y a la estructura del pie y causar un gran malestar. Los zapatos estrechos pueden favorecer su aparición. El podólogo puede recomendar en este caso un calzado específico, la aplicación de hielo y, en casos extremos, cirugía para enderezar el dedo.

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El calzado de calidad es esencial para proteger tus pies y evitar problemas de salud. Un buen par de zapatos debe ser cómodo, adaptarse a la forma de tus pies y proporcionar un soporte adecuado a tus músculos y articulaciones. Fuente: Pexels

Factores de riesgo

· Patologías estructurales: tener los pies planos o con el arco poco o nada pronunciado son dos problemas de la estructura del pie que pueden originar inestabilidad al caminar y molestias musculares.

Asimismo, las personas que tienen los dedos en garra, que es cuando están contraídos, son más propensas a padecer molestias en los pies. En estos casos es aún más recomendable acudir a revisiones anuales con el podólogo, que dará el tratamiento adecuado como el uso de plantillas o de un calzado especializado.

· Deportes de impacto: algunas actividades físicas en las que se salta o se corre exponen el pie a un sobreesfuerzo por los impactos. Para evitarlo, es recomendable someterse previamente a un estudio biomecánico de la pisada, lo que permite corregir desequilibrios que pueden derivar en lesiones y dolores musculares y articulares.

· Diabetes: las personas diabéticas pueden tener un riesgo insuficiente en las extremidades inferiores y daños en los nervios que mermen la sensibilidad de los pies. Acudir al podólogo ayudará a prevenir lesiones en la piel que en estas personas son más frecuentes.

· Edad: los mayores de 65 años son los más propensos a sufrir problemas en los pies que, con el tiempo, se deforman y precisan más atención y cuidados para evitar molestias y caídas.

La mejor prevención

· Un buen calzado: lo mejor para los pies es llevar zapatos anchos en la zona de los dedos y de materiales transpirables. Los sintéticos dificultan la evaporación del sudor, lo que favorece la proliferación de bacterias.

· Revisión anual: poner tus pies en manos de un especialista, al menos una vez al año, servirá para controlar tu salud podal. Además de las personas mayores, también es aconsejable que los niños visiten al podólogo con asiduidad.

Cuida tus pies en verano

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El uso de medias ayuda con: El dolor y la sensación de pesadez en las piernas. Fuente: Pexels

Hay que controlar esta parte del cuerpo durante todo el año, pero con el calor y la exposición solar, aún más.

1. Higiene: para evitar las enfermedades y heridas de los pies es vital lavarlos a diario con agua tibia y jabón neutro. También puedes darles baños de agua fría para aliviar la sensación de pesadez.

2. Secado: no olvides secarlos minuciosamente después, prestando especial atención entre los dedos para que no se acumule la humedad, que favorece la aparición de hongos.

3. Hidratación: es muy importante hidratarlos con cremas, aceites y mascarillas especiales para pies, que puedes encontrar en formato gel y te ayudarán a prevenir grietas y durezas.

4. Corte de uñas: es recomendable cortarlas en línea recta y no dejarlas ni muy largas ni muy cortas. Recuerda que, con la edad, las uñas se vuelven gruesas y duras, lo que puede dificultar la pedicura y favorecer que se encarnen.

5. Ejercita tus pies: con el calzado adecuado, practicar algo de deporte a diario ayuda a activar la circulación sanguínea de los pies y a cuidarlos también por dentro.

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