5 consejos para evitar ahogamientos en el agua

Evitar estos sucesos es posible y depende tanto de factores individuales como de políticas y normativas públicas que eduquen a la población y contribuyan a reducir su incidencia.

Por:

José Banco

Si te encuentras en una situación de emergencia por ahogamiento: nada paralelo a la orilla, no lejos de ella. Evita dejarse llevar por las corrientes. No entres en aguas de corriente rápida. Fuente: Pexels

Los expertos señalan que habría que mejorar las capacidades natatorias de jóvenes y adultos y que la natación fuera una asignatura. Ser capaz de nadar 200 metros seguidos reduciría las muertes en el agua. Tirarse de cabeza es una de las causas más frecuentes de lesión medular, lo que también puede acabar en ahogamiento. De hecho, los traumatismos suponen casi un 8% de la mortalidad total de éstos. Evítalo sobre todo si no conoces la profundidad ni el lugar.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se producen 372.000 muertes al año en todo el mundo por ahogamientos y el Primer Informe Nacional de Ahogamientos de Menores señala que éstos constituyen la segunda causa de muerte por accidente en niños siendo los más afectados los menores de 6 años (el 70% de los casos). Se estima que en España mueren unas 300 personas cada año por ahogamiento, algo que se puede evitar.

Este símbolo significa que no está permitido nadar en ese lugar. Puede que el agua sea demasiado brava o profunda, que no haya socorristas en esta zona o que el lugar no esté abierto al público. Fuente: Producción La Península

Consejos para evitar ahogamientos en el agua

· Estar cerca de los niños: Mantente a una distancia máxima de un brazo de los niños cuando estén en el agua. Evite hablar por teléfono, enviar mensajes de texto, leer o hacer otras cosas que puedan distraerte.

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· Usar chalecos salvavidas: Los chalecos salvavidas reducen el riesgo de ahogamiento para personas de todas las edades y habilidades para nadar. Los niños deben usar chalecos salvavidas para todas las actividades dentro y alrededor del agua natural.

· Enseñar a nadar: Enseñar a nadar a los niños a edades tempranas y enseñarles seguridad acuática y rescate seguro.

Si vas a nadar ya sea en una piscina o en el mar, debe haber un socorrista para atender cualquier emergencia. Fuente: Pexels

· Ir a lugares supervisados: Acude a lugares supervisados por socorristas por cualquier emergencia y pregunta por el lugar más seguro. Si no lo hay, mejor bañarse en compañía o no hacerlo. En cualquier caso, evita siempre los baños en pozas, pantanos y otros entornos desconocidos.

· Instalar barreras: Instala barreras para controlar el acceso a zonas de agua que supongan un peligro. Por ejemplo, las piscinas privadas deben tener un vallado completo que impida que los niños puedan acceder a ella con facilidad. Es una de las primeras recomendaciones que recoge sobre este tema la OMS, ya que cuatro de cada cinco accidentes de este tipo en menores tienen lugar en entornos acuáticos no vigilados. Conviene que estas barreras sean de unos 1,20 metros de altura, que el menor no pueda escalarlas y que incluyan un cierre de seguridad que no pueda abrirse fácilmente y sea revisado regularmente.

Enseña a tus hijos que el agua, además de divertida, puede suponer riesgos. Fuente: Pexels

Qué hacer ante una situación de ahogamiento en el agua

Para ayudar a alguien que se está ahogando, llama a Emergencias –teléfono 112. Intenta acercarle un salvavidas o algo que le permita mantenerse a flote o arrastrarlo fuera del agua. Si la persona ha perdido el conocimiento, necesitará que alguien nade hasta donde está para poder acercarla a la orilla. En este trayecto se ha de tener en cuenta que la cabeza y vías áreas han de quedar fuera del agua.

Un niño de menos de un año puede ahogarse en tan sólo 20-30 segundos y en unos pocos centímetros de agua. Por eso, es fundamental estar siempre pendiente de los bebés y de los menores. Fuente: Pexels

No intentes rescates peligrosos y, una vez en tierra, evita los movimientos bruscos, ya que puede haber lesiones. Si la persona respira, ponla de lado. Si no lo hace, practica maniobras de reanimación cardiopulmonar o aprieta con fuerza el centro del tórax a un ritmo de 100 compresiones por minuto hasta que llegue la ayuda médica.

Cuando la corriente te lleva, procura nadar en paralelo a la playa y, en cuanto sea posible, vuelve a intentar acercarte a la orilla. Alerta a alguien y, mientras llega la ayuda, ponte de espaldas, déjate flotar y mueve solo las piernas para desplazarte. De esta manera evitarás sobreesfuerzos y ahorrarás energía.

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