Así es como una pareja llegó a convertirse en espías rusos

Artiom Dultsev y Anna Dultseva vivieron en Argentina con identidades falsas antes de ser recibidos por Vladimir Putin.

Por:

Nicolas Lafferriere

Una pareja rusa permaneció escondida en Argentina bajo una identidad falsa. Fuente: Pexels

Lejos del glamour que pueden reflejar las grandes producciones de Hollywood, el espionaje internacional es un trabajo que puede alterar para siempre tu forma de vida. Cada año, los servicios de inteligencia se dedican a esconder a sus nombres más importantes en puntos estratégicos del mundo.

Espías rusos en Argentina

Ese fue el caso de Artiom Dultsev y Anna Dultseva, una pareja de trabajadores del Servicio Federal de Seguridad de la Federación de Rusia (ФСБ). De acuerdo a un periodista ruso, la pareja se conoció en una discoteca bajo sus identidades de civiles. En 2012, y tan pronto como se casaron, la pareja fue reubicada por el Servicio de Seguridad.

Los espías rusos Artiom Dultsev y Anna Dultseva, junto a sus hijos Sofi y Danya, recibidos por Vladímir Putin. Fuente: X (@DJ_LOBO_593)

Bajo los nombres “Ludwig Gisch” y “María Rosa Mayer Muños”, los espías rusos realizaron una vida normal en el barrio de Belgrano en Buenos Aires, Argentina. Dejaron de hablar en ruso, y llegaron al punto de comunicarse en un español muy convincente. Fruto de su amor, la pareja dio a luz a Sofia y Danya, que nacieron y crecieron dentro del país. Esto permitió a sus padres conseguir la ciudadanía argentina.

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La vida tranquila de los Gisch se vio alterada por amenazas de los servicios especiales eslovenos, los que afirmaron que Argentina supuestamente quería quitarles la custodia de sus hijos y “devolverlos a Eslovenia”. En respuesta a las amenazas, la pareja cedió y se mudó de Belgrano a Liubliana en 2017.

Su arresto en Eslovenia

Fue durante ese vuelo que los padres contaron a sus hijos la tensa e inesperada verdad. “Sofia lloró un poco. Danya se lo tomó con más calma y muy positivamente. Cuando le dijimos a Sofia quiénes éramos y que volveríamos a casa, ella nos preguntó si ella también puede ser espía”, dijo Anna en una entrevista.

Ya en Eslovenia, los dos siguieron con su labor de espías como argentinos repatriados mientras tenían vidas de civiles. Él fundó una start-up de informática en Baskortostán. Ella tenía una una galería de arte. En diciembre de 2022, Anna y Artiom fueron arrestados y condenados a un año y medio de cárcel por “espionaje y falsificación de documentos”.

Su regreso a Rusia

Sus hijos permanecieron con familias de acogida hasta que sus padres fueron liberados en un intercambio de prisioneros, que fue definido como “el mayor desde la guerra fría”. La familia viajó a Rusia a inicios de agosto de 2024.

Al llegar a Moscú, los espías fueron recibidos con honores por Vladímir Putin, quien los saludó con un “Buenas Noches” en español. Anna asegura que ella y su esposo “siguen sirviendo a Rusia”, y sus hijos finalmente comenzaron una vida en las raíces de sus padres.

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