La ciencia devela el olor más rico del mundo y también el más desagradable

Tras una muy interesante y amplia investigación, especialistas detallaron qué aromas son los más “disfrutables” por los humanos, y al mismo tiempo cuáles son los menos deseables a la hora de olerlos.

Por:

Cristian Ortega Mahan

Una investigación sobre la percepción de los olores ha revelado las preferencias olfativas de las personas, tratando de responder si las personas de distintas partes del mundo tienen la misma percepción olfativa y si les gustan los mismos tipos de olores, o si esto es algo culturalmente aprendido.

Los resultados, publicados en la revista Current Biology, identificaron los mejores y peores olores del mundo, independientemente del origen cultural.

Los sorprendentes resultados

“Tradicionalmente, se ha visto como algo cultural, pero podemos demostrar que la cultura tiene muy poco que ver con ello”, explicó Artin Arshamian, investigador del Departamento de Neurociencia Clínica del Instituto Karolinska, en Suecia.

La investigación se realizó en nueve culturas diversas no occidentales, representando diferentes estilos de vida: cuatro grupos de cazadores-recolectores y cinco grupos con distintas formas de agricultura y pesca.

Estos grupos tenían poco contacto con productos alimenticios o artículos domésticos comunes: “Como viven en entornos odoríferos tan dispares, como la selva, la costa, la montaña y la ciudad, captamos muchos tipos diferentes de ‘experiencias olorosas’”, detalló Arshamian.

Contrario a lo esperado, la cultura solo explicó el 6% de la variación en las clasificaciones de agradabilidad de los olores.

¿El mejor y el peor olor?

El olor favorito de los participantes fue el de la vainilla, seguido del butirato de etilo, que huele a durazno.

Por el contrario, el olor menos agradable fue el del ácido isovalérico, presente en varios alimentos como el queso, la leche de soja, el jugo de manzana y también el sudor de los pies.

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Arshamian sugirió que una posible razón por la que algunos olores son considerados más agradables que otros es porque esos olores aumentaron las posibilidades de supervivencia durante la evolución humana.

“Ahora sabemos que existe una percepción universal de los olores que se rige por la estructura molecular y que explica por qué nos gusta o no un determinado olor”, añadió el investigador, y sumó: “El siguiente paso es estudiar por qué esto es así, vinculando este conocimiento a lo que ocurre en el cerebro cuando olemos un olor concreto”.

¿Qué es el olor?

El olor es una percepción sensorial causada por la detección de sustancias químicas volátiles en el aire por parte de los receptores olfativos en la nariz. Estos receptores envían señales al cerebro, donde se interpretan y se identifican como diferentes olores.

La capacidad de detectar y diferenciar olores es crucial para varias funciones humanas, incluyendo la identificación de alimentos, la detección de peligros (como el humo o sustancias tóxicas), y la comunicación social. La estructura molecular de las sustancias olorosas juega un papel clave en cómo se perciben estos olores, y esta percepción puede estar influenciada tanto por factores genéticos como ambientales.