El inesperado uso que dieron a la casa de un hombre que la rentó para irse a trabajar al extranjero

Al alquilar una propiedad siempre hay temores sobre cómo quedará al terminar el contrato, pero lo que le sucedió a este hombre está a otro nivel.

MelisaSbrocco

Por:

Melisa Sbrocco

28 de junio de 2024, 2:03 p.m.

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Alquiler de casa, imagen ilustrativa. Fuente: Canva.

Un hombre que decidió rentar su casa mientras se trasladaba al extranjero para trabajar, regresó para enfrentarse a una situación devastadora e inesperada. Charles Reeves, propietario de una vivienda en el norte de Londres, quedó atónito al descubrir que su hogar familiar se había convertido en una compleja operación ilegal de cultivo de cannabis.

Al regresar tras su estancia en el extranjero, Reeves se encontró con una escena desgarradora. “Encendí las luces y, oh Dios mío, un metro de tierra en mi dormitorio”, recuerda todavía incrédulo mientras muestra los destrozos a la BBC. “Me sorprende que el suelo haya aguantado todo esto”.

La sorpresa que se llevó el dueño de la casa

Los criminales que se hacían pasar por inquilinos habían transformado la propiedad al verter 10 toneladas de tierra y convertir la casa en una fábrica de drogas. Este tipo de delitos, según los expertos, están en aumento y parecen aprovechar los largos procesos de desahucio para llevar a cabo sus actividades ilegales antes de desaparecer.

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    La historia comenzó cuando la familia Reeves decidió alquilar su hogar a través de un agente inmobiliario, quien prometió encontrarles inquilinos confiables mientras estaban en el extranjero. Sin embargo, los “inquilinos” resultaron ser estafadores que nunca pagaron el alquiler y utilizaron la propiedad para sus fines ilícitos. Más tarde se descubrió que el agente inmobiliario administraba un sitio falso y que los inquilinos eran ficticios.

La policía, al intervenir, se incautó de más de 400 plantas de cannabis con un valor estimado en cientos de miles de dólares. Reeves solo pudo recuperar su propiedad después de obtener una orden judicial para entrar en su propia casa, ante la falta de pago del alquiler. Al llegar, se encontró con hombres desconocidos que rápidamente desaparecieron, dejando tras de sí una escena de destrucción: “No podía creer lo que estaba viendo”, dijo Reeves, describiendo el momento en que entró en la casa. “Los delincuentes de cannabis arrojaron 10 toneladas de tierra en el dormitorio principal”.

Planta de cannabis, imagen ilustrativa. Fuente: Canva.

El impacto emocional en la familia ha sido profundo. Julia, la esposa de Charles, describe cómo se sienten atacados en su santuario interior: “Es bastante horrible sentir que te atacan en el centro, en ese lugar de confort en el que podíamos confiar en la ciudad, es nuestro hogar, es muy doloroso”.

Para Charles, el dolor es más personal: “Emocionalmente, se siente como si mi casa hubiera sido profanada. El daño y la suciedad por todas partes. Este es el primer hogar real que tuve, estamos destrozados y devastados”.

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