Un estudio confirma que es más nocivo para nuestra salud vivir cerca de un bar que de un gimnasio

No debería sorprenderte, pero el entorno en el que vives, afecta a tu estado de salud a largo plazo.

Por:

Adonis Martínez

Un bar, ¿Uno de los males del mundo? Fuente: Pixabay.

Una reciente investigación médica ha revelado cómo vivir cerca de un bar o un gimnasio puede afectar la salud de una persona. Este descubrimiento examina la influencia de estas ubicaciones en la vida cotidiana. Según un estudio publicado en el sitio web Vitonica, los entornos que te rodean, como bares o gimnasios, pueden tener consecuencias significativas para la salud de tu corazón.

Vivir cerca de un bar puede aumentar el riesgo de hábitos poco saludables, mientras que estar cerca de un gimnasio puede fomentar un estilo de vida más activo y saludable, impactando positivamente en la salud cardiovascular.

¿Por qué vivir cerca de un bar empeora tu salud?

Fuente: Pexel

La proximidad a bares y restaurantes de comida rápida puede fomentar el consumo de alcohol y alimentos poco saludables, factores negativos para la salud del corazón. El estudio, realizado por investigadores del Biobanco del Reino Unido, analizó a medio millón de adultos para explorar cómo la cercanía a estos locales podría afectar la salud cardiovascular.

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    Los resultados indicaron que vivir a menos de un kilómetro de estos establecimientos se asociaba con un aumento significativo del riesgo de desarrollar insuficiencia cardíaca.

La importancia del deporte en nuestras vidas

Fuente: Pexel

Estos hallazgos resaltan la importancia de diseñar entornos urbanos que faciliten el acceso a lugares para la actividad física, como gimnasios, y que, al mismo tiempo, limiten la densidad de establecimientos que venden alcohol y comida rápida. Implementar estos cambios podría contribuir a la reducción de la obesidad y a la mejora de la salud cardiovascular de la población.

Para mejorar tu salud cardiovascular, debes seguir estos pasos:

Mantener una dieta saludable:

  • Consumir frutas, verduras, granos enteros y proteínas magras.
  • Limitar el consumo de sal, azúcar y grasas saturadas.

Hacer ejercicio regularmente:

  • Realizar al menos 150 minutos de actividad física moderada a la semana.
  • Incluir ejercicios aeróbicos y de fortalecimiento muscular.

No fumar:

  • Evitar el tabaquismo y el humo de segunda mano.

Controlar el estrés:

  • Practicar técnicas de relajación como la meditación y el yoga.

Mantener un peso saludable:

  • Monitorear y mantener un índice de masa corporal (IMC) adecuado.

Limitar el consumo de alcohol:

  • Consumir alcohol con moderación.

Realizar chequeos médicos regulares:

  • Controlar la presión arterial, el colesterol y los niveles de glucosa.

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