5 mitos sobre los eclipses en todo el mundo

Fascinantes desde muchos aspectos, los acontecimientos cósmicos nos han atraído desde tiempos inmemoriales. Esto es lo que debes saber sobre los eclipses de sol.

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Por:

Cristian Ortega Mahan

5 mitos sobre los eclipses en todo el mundo
Los eclipses y sus mitos nos han fascinado durante milenios. Fuente: Pexels

Desde tiempos inmemoriales, los seres humanos hemos sentido la necesidad de encontrar explicaciones para todo, desde fenómenos incomprensibles hasta situaciones cotidianas inexplicables. Por ello, a lo largo de la historia, hemos atribuido la culpa de muchos sucesos a eventos aparentemente inocentes.

La mala suerte del número 13, las cábalas de Año Nuevo, la camiseta sucia del goleador, el arco iris... todo sirve para darle sentido al mundo. Los eclipses no quedaron fuera de este afán humano, especialmente los de sol.

Cuando los conocimientos de astronomía eran limitados o irracionales, que el sol desapareciera por unos minutos de manera aparentemente aleatoria causaba no solo curiosidad, sino también pánico.

    Así nacieron los mitos sobre su origen y las absurdas consecuencias del fenómeno. Estos son algunos de los más llamativos, desconcertantes o sencillamente ridículos (algunos persisten hasta hoy).
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Los eclipses generaron cientos de mitos durante milenios. Fuente: Pexels

1) Embarazadas, abstenerse

Muchos mitos están relacionados con las mujeres embarazadas. Se dice que si una futura madre mira el eclipse, el bebé nacerá con lunares o manchas. Otros aseguran que el eclipse adelanta el parto y que los bebés nacidos durante estos días tienen dotes especiales y son más inteligentes. Los más extremos afirman que los niños pueden nacer con deformaciones. La ciencia ha intentado desmentir estas creencias, afirmando que el sol no tiene ninguna influencia en estos aspectos.

2) Luchas, guerras y enojos

En China, se creía que un eclipse ocurría cuando un dragón intentaba devorar la luz del sol para enviar un mensaje a los humanos. Desde la Tierra, se respondía con tambores para ahuyentar a la bestia. ¿El resultado? Siempre funcionaba, ya que después del ritual, el sol reaparecía.

Dos días antes del eclipse solar del 2009, el Gobierno chino pidió a los científicos que explicaran el fenómeno para “eliminar cualquier pánico y superstición”.

En Perú se sostenía que el astro, enfadado con los seres humanos, les retiraba su luz y calor. Por eso, un eclipse presagiaba guerras y calamidades.

Aunque los mayas podían predecir con exactitud cada eclipse gracias a sus mediciones, paradójicamente creían que la luna intentaba devorar al sol, el dios supremo. Lo interpretaban como una lucha entre los dos astros y suponían que anunciaba una guerra.

3) No sos vos, soy yo

Ya que vamos a culpar al sol y la luna de tantas cosas, ¿por qué no responsabilizarlos también de nuestro mal humor? Muchos acusan a los eclipses de provocar cambios en el carácter, peleas y rupturas de pareja. Si pueden predecir el fin del mundo, ¿por qué no el de una relación amorosa?

En 1560, un eclipse generó pánico entre los franceses. Al estar relacionado con el fin del mundo, la gente acudió en masa a la iglesia para confesar sus pecados. La cantidad de personas y confesiones fue tal que hubo tumultos y peleas. Desbordado, el cura anunció: “Se ha tomado la decisión de posponer el eclipse dos semanas”.

4) Un toque de romanticismo

Otra leyenda cuenta que el sol y la luna estaban enamorados, pero Dios los separó: la luna iluminaría la noche y el sol, el día. Desde entonces, la luna llora amargamente, pero de vez en cuando se reencuentran y se besan. Ese es el momento en que ocurre el eclipse (de ahí el “eclipse de amor”).

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Los eclipses han sido profundamente estudiados. Fuente: Pexels

5) Recomendaciones (o no tanto) para sobrevivir a un eclipse

A las mujeres embarazadas se les aconsejaba no salir, pues se creía que no podrían resistir mirar el eclipse y quedar bajo su influencia. También se les pedía no comer, por miedo a problemas de presión alta. Obviamente, esto ha sido desmentido por la ciencia.

Algunos dicen que, para contrarrestar los efectos negativos de un eclipse, hay que usar ropa roja (interior y exterior) y llevar elementos metálicos como alfileres de gancho y llaves en todos los bolsillos.

Otros sostienen que hay que ubicarse en un lugar de la casa sin luz solar y poner tijeras debajo de la almohada o detrás de la puerta para protegerse de los efectos malignos (lo de las tijeras bajo la almohada parece más peligroso que lo del dragón).

Salir al patio o a la vereda con un espejo a la hora exacta del eclipse y reflejar la luz del sol para que el eclipse “se coma a sí mismo”.

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