La ciencia responde una de las preguntas más difundidas en redes sociales: ¿por qué las mujeres viven más?

Un estudio realizado por la Universidad de Osaka, Japón, sugiere que las células germinales podrían tener un papel crucial en la diferencia de esperanza de vida entre hombres y mujeres.

Por:

Cristian Ortega Mahan

Científicos japoneses investigaron por qué las mujeres viven más. Fuente: Pexels

En todo el mundo, las mujeres tienen una esperanza de vida al nacer de 74 años, mientras que la de los hombres es de 69 años. Investigadores japoneses podrían haber encontrado la clave para entender este fenómeno: las células germinales, los diminutos constructores de vida como los espermatozoides y los óvulos. Así que, en efecto, parece ser una cuestión de sexo.

Un experimento exitoso con peces

Para su investigación, científicos de la Universidad de Osaka llevaron adelante experimentos con pequeños killis turquesas, una especie de agua dulce que madura sexualmente en quince días y tiene una vida útil de unos pocos meses. Consideran que esta especie podría tener un mecanismo biológico similar al que influye en la diferencia de esperanza de vida entre humanos y otras especies.

“El proceso de envejecimiento en los killis es similar al de los humanos, por lo que no creo que los humanos sean necesariamente más complicados”, comentó el profesor Tohru Ishitani, autor principal del estudio en la Universidad de Osaka. “Esta investigación será fundamental para entender el control del envejecimiento en los seres humanos”.

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    Aunque factores como accidentes, suicidios, consumo de tabaco y alcohol afectan más a los hombres, mientras que trastornos depresivos, de ansiedad y ciertas enfermedades afectan más a las mujeres, Ishitani sugiere que la diferencia inicial al nacer, tener espermatozoides u óvulos, podría influir significativamente en la esperanza de vida.
La esperanza de vida promedio en el mundo es 5 años mayor en mujeres. Fuente: Pexels

La clave: las células germinales

Tras los experimentos, el equipo demostró que suprimir la producción de células germinales, que eventualmente se convierten en espermatozoides u óvulos, prolongaba la vida de los machos y acortaba la vida de las hembras, esencialmente cerrando la brecha en la esperanza de vida.

“Esperábamos que al eliminar las células germinales se extendiera la vida tanto de hombres como de mujeres, pero solo ocurrió en los machos”, explicó Ishitani. “Fue un hallazgo inesperado, pero creemos que este descubrimiento puede arrojar luz sobre las diferencias sexuales en la esperanza de vida”.

Según el estudio, publicado en la revista especializada Science Advances, bloquear la producción de espermatozoides y óvulos tuvo efectos en cascada en los peces: en las hembras, estos cambios hormonales estimularon su crecimiento a expensas del mantenimiento de tejidos sanos, mientras que la reducción de estrógeno aumentó el riesgo de enfermedades cardiovasculares. En los machos, se observó una mayor producción de vitamina D en el hígado, lo que podría explicar su mejor salud ósea, muscular y cutánea.

La clave de la longevidad femenina podría ser por una célula. Fuente: Pexels

Aunque aún no está claro si es el esperma lo que afecta la esperanza de vida de los hombres, Ishitani señala que hay evidencias que apoyan esta idea. Por ejemplo, un estudio anterior de eunucos coreanos mostró que vivían entre 14 y 19 años más que los hombres no castrados en un entorno socioeconómico similar, aunque estos registros datan de los siglos XVI al XIX y es difícil excluir otros factores.

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