Así captaba adeptos la secta del fin del mundo

“Les decía que sus personalidades eran tumbas de las que había que salir” y otras frases lapidarias para captar adeptos en su secta.

Por:

Adonis Martínez

Así descubrió la Guardia Civil todo sobre esta secta: Fuente: Guardia Civil.

Aunque en España existen alrededor de 300 sectas, Evol representa lo que comúnmente se asocia con una secta: un líder carismático que se proclama “salvador” de la humanidad, una ubicación remota y de difícil acceso, y seguidores aislados del mundo exterior. El mesías en este caso era Igor, quien dirigía una secta destructiva que profetizaba el fin del mundo y que fue desmantelada el pasado viernes en el municipio zaragozano de Escatrón.

Esta operación culminó con la detención del líder y de tres mujeres que actuaban como colaboradoras. A través de manipulaciones y agresiones físicas y verbales, lograron formar una comunidad de adeptos que fueron obligados a abandonar a sus familias.

Miguel Perlado, psicólogo clínico y especialista en dinámicas sectarias, además de fundador de la Asociación Iberoamericana de Investigación del Abuso Psicológico (AIIAP), trató a pacientes provenientes de esta secta. Según Perlado, Evol comenzó sus actividades en 2015 en la provincia de Lérida, Cataluña. Debido a posibles problemas, Igor tuvo que escapar de esa región. Su objetivo era encontrar un lugar adecuado para establecerse y formar una comunidad, y lo halló en Escatrón, Zaragoza.

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Así lograban engañar a las personas y que formasen parte de la secta

    La secta Evol, liderada por Igor, se enfocaba en atraer a personas interesadas en la espiritualidad, el crecimiento personal o aquellas que atravesaban crisis personales. Utilizaba un discurso emotivo y manipulador, sugiriendo que las personalidades estaban atrapadas en tumbas de las que debían salir. Alegaba que la razón estaba conectada con la energía del abandono y que la entrega total al grupo era esencial para el crecimiento espiritual.

Igor prefería captar personas de entre 25 y 45 años, ya que necesitaba que sus seguidores tuvieran recursos económicos para pagar sus costosos cursos. Comenzaba ofreciendo talleres de entre 3 y 5 días, donde introducía conceptos de energías y crecimiento personal, atrayendo a personas afines al movimiento New Age. Estos cursos iniciales tenían un costo mínimo de 150 euros, pero también promovía una estancia prolongada de 9 meses en su finca, donde enseñaba sus nueve principios para abrir la mente, incrementando así los ingresos mediante el cobro por alojamiento y otros servicios.

Aunque es cierto que los perfiles variaban

La filosofía de Igor se basaba en la idea de que las personas vivían en un estado de supervivencia, dominadas por la energía del abandono, y que él era capaz de guiarlas hacia una nueva consciencia. Utilizaba su propia historia de supuesta transformación personal, tras haber estado internado durante 14 años, como prueba de la efectividad de sus enseñanzas.

La cantidad de seguidores que vivían en la finca variaba, ya que muchos asistían a cursos temporales y luego regresaban a sus hogares. Sin embargo, siempre había alrededor de una veintena de personas permanentes. Igor utilizaba tácticas de manipulación para que los adeptos rompieran sus vínculos familiares, convenciendo gradualmente a los individuos de que sus familias los mantenían en un sistema de supervivencia que impedía su desarrollo espiritual. Mediante un control estricto de la comunicación y una agenda llena de actividades, lograba aislar a las personas de sus seres queridos, haciendo que eventualmente rompieran esos lazos. Según él, esta ruptura era un paso crucial para alcanzar una nueva consciencia.

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