La NASA descubre un nuevo planeta similar a la Tierra: ¿Dónde está?

Está a 66 años luz de distancia de nuestro planeta, tiene una composición rocosa y una temperatura incluso más caliente que algunas estrellas.

Por:

Cristian Ortega Mahan

Fuente: Pexels

El satélite cazador de exoplanetas TESS, de la NASA, ha hecho un descubrimiento asombroso a 66 años luz de distancia: un planeta volcánico que brilla con lava fundida debido a la presión ejercida por sus vecinos. Este planeta, llamado HD 104067, comparte una composición rocosa similar a la Tierra, pero es 30% más grande.

Sin embargo, en lugar de ser comparable a nuestro hogar, este mundo se parece más a Ío, la luna rocosa más interna de Júpiter y uno de los cuerpos volcánicamente más activos de nuestro sistema solar.

Stephen Kane, astrofísico de la Universidad de California en Riverside y responsable del descubrimiento, lo describe como “Ío con esteroides”. Explicó que este planeta está constantemente en erupción, creando una superficie de lava fundida que lo hace brillar intensamente en longitudes de onda ópticas.

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Características fascinantes

    Según los cálculos de Kane, la temperatura de la superficie de este nuevo planeta, TOI-6713.1, alcanzaría los 2.600 grados Kelvin, más caliente que algunas estrellas.

Las fuerzas gravitacionales son las responsables de esta actividad volcánica, tanto en Ío como en este planeta recién descubierto. Kane señala que la cercanía de Ío a Júpiter y las otras lunas del gigante gaseoso lo obligan a tener una órbita elíptica, lo que genera una fuerte atracción gravitacional que provoca constantes erupciones volcánicas.

En el sistema HD 104067, hay dos planetas más lejanos de la estrella que ejercen fuerzas similares sobre el planeta rocoso interior, obligándolo a adoptar una órbita excéntrica. Kane compara esta dinámica con el raquetbol, donde la constante interacción provoca un calentamiento adicional del cuerpo en cuestión.

Los efectos de las mareas, una consecuencia de la energía gravitacional entre cuerpos, son clave en este fenómeno. A diferencia de las mareas en la Tierra, que son causadas principalmente por la Luna, aquí la energía de las mareas proviene de las interacciones gravitacionales entre los planetas.

Fuente: Pexel

En el futuro, Kane y su equipo esperan medir la masa del planeta y determinar su densidad, lo que proporcionaría información sobre su actividad volcánica y la cantidad de material expulsado.

Este descubrimiento destaca la importancia de entender cómo las fuerzas de marea pueden afectar a los planetas, y podría cambiar el enfoque de la investigación sobre exoplanetas en el futuro. Como concluye Kane, “esto nos enseña mucho sobre los extremos de la cantidad de energía que se puede bombear a un planeta terrestre y las consecuencias de ello”.

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