Gaslighting, la peligrosa conducta de manipulación mental que es cada vez más frecuente en las relaciones tóxicas

Una película de los años 40, donde un hombre socava dramáticamente la autoestima de su esposa, le da nombre a esta conducta peligrosamente habitual. Conoce todos los detalles.

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Por:

Cristian Ortega Mahan

Gaslighting, la peligrosa conducta de manipulación mental que es cada vez más frecuente en las relaciones tóxicas
Gaslighting, la técnica de manipulación en la pareja. Fuente: Pexels.

El film de 1944 Gas Light presentó una conducta manipuladora tan impactante que, casi 90 años después, su título ha inspirado una palabra que encapsula una de las actitudes más perjudiciales en una relación tóxica: el gaslighting, esta consiste en minar la autoestima de uno de los miembros de la pareja hasta niveles insospechados.

En la trama de la película, la joven y bella Paula (interpretada por Ingrid Bergman) se casa enamorada, pero su esposo Gregory (encarnado por Charles Boyer) resulta ser un individuo despreciable que intenta hacerla pasar por loca para apoderarse de sus bienes.

A pesar de su amor por él, Paula sufre mucho. Además de lidiar con la inseguridad emocional de su difícil pasado, debe enfrentarse al malévolo Gregory, quien oculta y reubica objetos en la casa sin que ella se dé cuenta. También manipula la iluminación del salón de la casa alimentando una atmósfera de confusión.

    Cada vez que Paula menciona la desaparición inexplicable de objetos o los cambios en la luz de la casa, Gregory se las arregla para “demostrar” que todo es producto de la imaginación de su atribulada esposa.

La película Gas Light, basada en la obra teatral del mismo nombre escrita por Patrick Hamilton en 1938, se estrenó en 1944, y su título acabó bautizando una conducta común en relaciones tóxicas: el gaslighting.

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Fuente: Pexel

¿Qué es el gaslighting?

El gaslighting es una conducta manipuladora que busca socavar la confianza del otro en sus pensamientos, percepciones, recuerdos y sentimientos, anulándolo para obtener alguna ventaja.

Todos necesitamos confiar en nuestras percepciones para vivir, por lo que es crucial tener al menos la confianza básica en lo que uno siente y piensa. Sin embargo, cuando esa confianza es sistemáticamente descalificada por personas significativas, el daño comienza a manifestarse.

    El gaslighting se manifiesta de diversas maneras, pero suele estar presente en relaciones de pareja. Frases como “¡Estás loca!”, “¡siempre exageras!”, o “yo no dije eso”, son ejemplos comunes de esta manipulación, destinada a desacreditar al otro y sembrar dudas.

Aunque muchos pueden haber experimentado algún comportamiento similar al gaslighting en algún momento, el término se refiere específicamente a situaciones crónicas y malintencionadas. Ante este tipo de circunstancias, la víctima debe mantenerse firme y no aislarse para salir adelante.

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Fuente: Pexel

La deshonestidad como estrategia en el gaslighting

El aislamiento y la pérdida de conexiones sociales y familiares son componentes clave del gaslighting. No poder validar percepciones o pensamientos con otros externos a la relación genera una gran vulnerabilidad, ya que la validación queda monopolizada por quien actúa con deshonestidad.

Sería lamentable reducir la relación de pareja a un terreno lleno de manipulaciones y luchas de poder. Por eso, es fundamental dejar de lado la idea de ganar siempre las discusiones e imponer ideas y acciones. En cambio, es importante cultivar la curiosidad por las perspectivas del otro y evitar descalificarlo sistemáticamente.

Salir del laberinto del gaslighting requiere darse cuenta de que nadie merece sentirse constantemente menospreciado, juzgado o manipulado en una relación de pareja. Es crucial buscar relaciones que fomenten la confianza, el respeto mutuo y la honestidad, recordando que el amor auténtico siempre construye, no destruye.

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