El curioso sistema que tienen las latas de refresco en sus anillas

En España, las primeras latas de cervezas aparecieron en el año 1966. Las anillas de las latas fueron inventadas por un ingeniero, en 1965.

Las latas son un recipiente metálico usado como envase opaco para líquidos y productos en conserva. Los materiales de fabricación más habituales son la hojalata y el aluminio, y pueden venir de diferentes colores, formas y tamaños. Nos ofrecen un sabor refrescante, con gas en muchos casos, en un formato de 33 centilitros perfecto para guardar en nuestra nevera. Escuchar ese sonido al abrir una lata nos evoca buenos recuerdos.

Pero una de las partes de la que no está clara su funcionalidad es la anilla de la lata. Muchas personas se dedican a jugar con ellas o incluso a romperlas antes de comenzar a beber, pero lo cierto es que las anillas cumplen una función muy importante. Para explicarlo en detalle, hay que volver muchos años en el tiempo atrás. Corría el año 1935 cuando la cervecera Gottfried Krueger Brewing Company lanzó la primera lata comercial de cerveza. En 1965, gracias a la brillante idea del ingeniero Ermal C. Fraze apareció el llamado sistema “Easy-Tab” que permitía la apertura integrada con la lata, una genialidad que surgió tras el olvido de un abrelata.

Ese sistema se fue perfeccionando hasta que, en la década del 80, apareció el Stay-on Tab, un sistema que evitaba que la anillas se desprendieran de la tapa de las latas. En España, las primeras latas de cervezas aparecieron en el año 1966: Cervezas Cruz Blanca lanza al mercado una nueva marca: Skol International Lager. En lo que respecta a las otras cervezas venideras, todas ellas tuvieron que adaptarse al nuevo sistema de ese tiempo que también es conservado al día de hoy: los envases.

¿Por qué las anillas de las latas tienen un agujero?

En conclusión, el agujero que se encuentre en las anillas de las latas cumple con una función estrictamente útil, de limpieza y de cuidado. Por dar un ejemplo, hay algunas personas que prefieren no beber directamente de la lata y tampoco quieren vertir su contenido en un vaso, sino más bien pueden introducir una pajita en la misma. Muchos consumidores desconocen este dato, y por eso es que prefieren arrancar la anilla para tomar de la lata con mayor comodidad.