Desde el año 2017 se hace mención de la “enfermedad X”, una afección provocada, según la Organización Mundial de la Salud, por un peligroso patógeno que aún no se conoce, que tendrá la capacidad de provocar de nuevo una pandemia, tal como fue con el SARS-CoV-2. Si recordamos el covid-19 fue la primera enfermedad que cumplió a finales de 2019 con todos los requisitos para que esto sucediera, sin embargo el organismo de Naciones Unidas alerta de que habrá más en el futuro y que es necesario estar preparados. “Algunos dicen que esto puede crear pánico”, dijo el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, en la reciente reunión anual del Foro Económico Mundial. “No. Es mejor anticiparse a algo que puede ocurrir -porque ha ocurrido en nuestra historia muchas veces- y prepararse para ello”. El covid-19 provocó una gran crisis sanitaria mundial, y nos recordó lo destructivo que pueden llegar a ser algunas enfermedades mortales. Y es que, aunque por décadas estuvieron olvidadas, debemos recordar una de las enfermedades mortales más graves de 1918, la gripe española, la cual fue uno de los brotes víricos más mortales en la historia de la humanidad. Sin embargo, hoy en día, los científicos de la OMS están a la expectativa de otra enfermedad que reúna todos los requisitos para otra pandemia, con patógenos incluso más mortíferos que la influenza, SARS o Mers. Y estos virus podrían ser liberados por el cambio climático, así es ya que el deshielo podría provocar que peligrosas bacterias o virus que ahora están congelados en el Ártico se liberen y vuelvan a la vida, desencadenando un nuevo brote, para el cuál no se tendría ninguna cura. Y es que de lo único que nos preparó la pandemia de covid-19 fue hacer conciencia de que estos patógenos en cualquier momento pueden alcanzar una mortandad mortal. En ese sentido, algunos gobiernos como Bruselas que puso en marcha una especie de autoridad antipandemia, la Autoridad Europea de Preparación y Respuesta ante Emergencias Sanitarias (HERA), que fue creada con el objetivo de “anticipar las amenazas y las posibles crisis sanitarias mediante la recopilación de información y el desarrollo de las capacidades de respuesta necesarias”. Recientemente la OMS advirtió que más de 3.500 personas mueren cada día en el mundo por el virus de la hepatitis, una cifra en aumento por lo que el organismo hizo un llamado a tomar “medidas rápidas”. Los datos analizados de 187 países muestran que el número de muertes por esta enfermedad hepatitis viral subió a 1,3 millones en 2022, desde 1,1 millones en 2019, según el informe del organismo de la ONU.