3 detalles del testamento del Francisco I que lo diferencian de otros Papas

El Vaticano ha revelado la última voluntad de quien supo ser su máxima autoridad durante 12 años. Estos son los puntos más importantes.

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Nicolas Lafferriere

Hace pocos instantes, el Vaticano ha revelado al mundo el testamento que el Papa Francisco I ha dejado camino a su fallecimiento. La última voluntad del sumo pontífice ha reflejado la vida sin lujos que intentó llevar mientras cumplía sus responsabilidades, y hay varios puntos de este breve documento que lo demuestra.

Se trata de la primera vez que el estado católico se ha visto obligado a revelar un testamento desde el 2004, año en que falleció San Juan Pablo II. Al haber renunciado algunos años antes, su sucesor Benedicto XVI optó por no someterse al protocolo que han seguido las autoridades católicas desde hace siglos.

Es por eso que, para muchos, la revelación de la última voluntad de Jorge Mario Bergoglio se ha convertido en una sorpresa. Aquel testamento ha dejado tres detalles clave que diferencian el paso por la tierra de Francisco I del de otros pontífices, y que resumen de forma clara sus doce años de papado.

Un testamento breve

Juan Pablo II empezó a escribir su última voluntad en 1979, solo un año después de asumir como la máxima autoridad católica. Desde entonces, agregó diversos incisos y párrafos con el paso de los años para especificar. La última versión, del 2000, incluye más de 20 párrafos en los que se detalle su último mensaje a sus seguidores y sus preferencias para el descanso eterno.

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En comparación, el del Papa Francisco es un testamento escueto: solo siete párrafos desde el tradicional “En el Nombre de la Santísima Trinidad. Amén” con el que comienzan estos escritos, y que va al grano respecto a las condiciones de su sepultura, incluyendo el manejo de los gastos y el tipo de sepulcro que deseaba

Un sepulcro “sencillo”

Ya sea para replicar el entierro de otras figuras importantes en la religión católica, o por no exigir los detalles específicos, otros papas han tenido entierros “lujosos”, generalmente decorados con algún tipo de detalle en oro, y con inscripciones extensas y llamativas en los sectores de descanso.

Francisco I ha asegurado que esto no suceda con el suyo, con una frase de su testamento que ha sido congruente con su conducta en la tierra: “el sepulcro debe estar en la tierra; sencillo, sin decoración particular y con la única inscripción: Franciscus”. El Papa también aseguró que los gastos han sido preparados y gestionados junto al Monseñor Rolandas Makrickas, Comisario Extraordinario del Capítulo de Liberia.

No recordó a sus padres

Por último, ha llamado la atención que el Papa Francisco no ha tomado uno o dos párrafos de su testamento para recordar a su tierra o su familia. Otros papas como el ya mencionado Juan Pablo II dedican algunas palabras a brindar un mensaje a sus fieles y a recordar aquellas personas que los acompañaron en su infancia y juventud.

En cambio, y quizás explicando los motivos por los que ha decidido alejarse por completo de sus orígenes, el sumo pontífice fallecido ha brindado el siguiente mensaje final: “Que el Señor dé la recompensa merecida a quienes me han amado y seguirán rezando por mí. El sufrimiento que se hizo presente en la última parte de mi vida lo ofrecí al Señor por la paz mundial y la fraternidad entre los pueblos”.