Revelan cómo fueron las últimas horas de Mario Vargas Llosas antes de fallecer

El genio de la literatura peruana falleció a los 89 años recientemente en Lima, y todavía llega información sobre cómo fueron sus últimos momentos.

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Por:

Adonis Martínez

Vargas Llosa
Los últimos momentos de Vargas Llosa. Fuente: Península ES.

Mario Vargas Llosa ha fallecido en su hogar de Lima a los 89 años, tan solo quince días después de celebrar una fiesta íntima que, sin saberlo, sería su despedida. Rodeado de risas, canciones y la calidez de quienes más quería, el Nobel de Literatura disfrutó de su cumpleaños como si el tiempo no pesara. Fue su última gran escena: la de un escritor que, incluso en sus días finales, conservó el humor, la lucidez y el cariño de su gente.

El anuncio de su muerte lo dieron sus hijos, pero fue el abogado Enrique Ghersi —viejo amigo y exjefe de campaña durante su aventura presidencial— quien reveló la causa: una neumonía silenciosa que se lo llevó sin grandes avisos. Ghersi, visiblemente afectado, recordó aquel 28 de marzo como un día luminoso, lleno de afecto y visitas llegadas desde lejos, una celebración sincera que contrasta con la tristeza que ahora deja su partida.

mario vargas llosa
Foto: Pierre-Philippe MARCOU / AFP

Vargas Llosa se va como vivió: con discreción, sin aspavientos, pero dejando tras de sí una estela imposible de ignorar. No solo se marcha el autor de novelas fundamentales, sino también el pensador que nunca temió al debate ni rehuyó la polémica. Su ausencia pesa, pero su obra —inmensa, libre y profundamente humana— seguirá conversando con el mundo por mucho tiempo más.

Los últimos momentos de Mario Vargas Llosa

Las últimas horas de Mario Vargas Llosa estuvieron marcadas por la calma, el afecto y la certeza de lo inevitable. Según ha revelado la revista ¡Hola!, quienes lo rodeaban sabían que el final estaba cerca. El escritor, consciente y en paz, permaneció acompañado en todo momento por su familia más cercana, que se volcó en cuidarlo y acompañarlo hasta el último suspiro.

No fue un adiós repentino. Desde hacía una semana, Vargas Llosa arrastraba un delicado estado de salud que ya preocupaba a su entorno. Ante esa situación, sus seres queridos se trasladaron a Lima para estar junto a él, compartiendo los últimos días con quien fue una figura clave de la literatura y el pensamiento contemporáneo.

Mario Vargas Llosa
Foto: Producción La Península Es / AFP

Su despedida fue íntima y serena, sin estridencias, como quien sabe que ha cumplido su papel en la historia. Vargas Llosa partió rodeado de amor, y aunque su ausencia deja un vacío enorme, su legado continuará vivo en cada página, en cada idea, y en cada lector que se asome a su obra.

Su último deseo era no tener ceremonias públicas

Los hijos de Mario Vargas Llosa han respetado su última voluntad con absoluta fidelidad: una despedida lejos del ruido, sin homenajes multitudinarios ni cámaras. El escritor fue velado en su propia casa, en un ambiente íntimo, rodeado únicamente por su familia y un círculo muy reducido de amigos, tal y como él lo había pedido.

En el comunicado que anunciaba su fallecimiento, la familia dejó claro que no habría actos públicos ni ceremonias oficiales. “Confiamos en tener el espacio y la privacidad para despedirlo en familia”, expresaron, subrayando la necesidad de vivir el duelo en calma, sin interferencias externas, y con el respeto que merece una figura tan significativa, pero también profundamente personal para ellos.

Cumpliendo su deseo final, los restos del autor serán incinerados. Con ello, se cierra un capítulo en la historia de la literatura, pero se mantiene intacto el legado de un hombre que eligió despedirse con la misma sobriedad con la que, tantas veces, defendió la libertad, la palabra y la dignidad

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