Elon Musk quiere jornadas laborales de 120 horas: “Trabajar fines de semana es un superpoder”

Expertos en economía laboral tildan al CEO de Tesla y X de un “Supervillano” moderno sacado de los cómics.

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Por:

Adonis Martínez

Elon Musk quiere jornadas laborales de 120 horas: “Trabajar fines de semana es un superpoder”
Elon Musk y la locura de las jornadas laborales interminables. (AFP)

Elon Musk ha vuelto a sacudir el debate sobre la cultura del trabajo con una de esas afirmaciones que no dejan indiferente a nadie. En su visión del éxito, no hay espacio para la moderación: jornadas de hasta 120 horas semanales son, según él, el precio lógico a pagar por quienes aspiran a transformar el mundo. Mientras otros descansan, sus equipos —asegura— siguen en pie, avanzando a contrarreloj.

La idea de Musk no solo desafía las normas laborales convencionales, sino que también lanza una crítica directa a la lentitud del sector público. En su relato, quienes trabajan bajo su liderazgo están forjando el futuro a un ritmo que la burocracia, con sus 40 horas semanales, no puede seguir. La intensidad no es una elección, sino un deber para quienes buscan resultados extraordinarios.

Desde su cuenta de X, el empresario refuerza esta narrativa de hiperproductividad. Presenta al Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) como una especie de élite contra el sistema tradicional, una unidad que funciona con la lógica de una startup al límite. “Mientras otros se detienen, nosotros aceleramos”, parece ser su lema, marcando distancias entre su mundo y el de los que, según él, se conforman con menos.

Los empleados de Elon Musk: 120 horas semanales y fines de semana

Al frente del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), Elon Musk ha asumido una nueva cruzada: recortar el gasto público en Estados Unidos mientras impone su ya conocida filosofía de trabajo extremo. En esta nueva faceta, el magnate asegura que los miembros de su equipo están inmersos en jornadas maratonianas que pueden llegar hasta las 120 horas semanales, todo en nombre de la eficiencia.

En uno de sus mensajes más comentados, Musk arremetió contra la estructura tradicional del funcionariado estadounidense. “Cuando la mayoría desaparece durante el fin de semana, es como jugar un partido con el rival fuera del campo”, escribió en su cuenta de X, dando a entender que el esfuerzo continuo no es solo una muestra de compromiso, sino una estrategia para ganar ventaja frente a la maquinaria burocrática.

Para Musk, el descanso no es una norma, sino una debilidad. Considera que trabajar en sábado y domingo no es un sacrificio, sino un recurso estratégico que diferencia a los que empujan el cambio de los que solo lo observan. Bajo esta lógica, el DOGE no es solo una agencia estatal, sino un experimento radical sobre cuánto puede rendir un equipo cuando ignora los límites tradicionales del tiempo.

Una idea conocida desde 2018

Para Elon Musk, el trabajo no tiene reloj. Desde hace años insiste en que las grandes ideas no nacen en jornadas de 40 horas, sino en semanas que duplican ese esfuerzo. Dormir en la oficina y no desconectar es, para él, parte del juego.

Sin embargo, esta visión de “sacrificio por el futuro” no convence a todos. La OMS y otros expertos alertan de que este tipo de rutinas no solo agotan, también enferman. Lo que Musk llama ventaja competitiva, otros lo ven como un riesgo para la salud.

Y en medio del debate, la pregunta flota en el aire: ¿realmente necesitamos jornadas de 80 o 100 horas para innovar? O quizá, solo quizá, cambiar el mundo no debería costarnos la salud.

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