Gene Hackman y Betsy Arakawa no murieron el mismo día: nuevo giro en el caso

El actor y su esposa, que llevaban una vida alejada del foco mediático, fueron encontrados sin vida en su casa.

Por:

Candela González

Se confirmó que el perro de Gene Hackman no murió por hantavirus. Foto: X @Roybattyforever

Gene Hackman, el icónico actor de Hollywood, fue encontrado sin vida el 26 de febrero en su residencia de Santa Fe, Nuevo México. A su lado, en otra habitación, se encontraba su esposa, Betsy Arakawa Hackman, y su perro.

La hija de Hackman, Elizabeth, en un intento por encontrar respuestas, había planteado la posibilidad de que la pareja hubiese muerto por intoxicación por monóxido de carbono. Sin embargo, los exámenes toxicológicos descartaron esta hipótesis.

Con la conclusión de la autopsia y el informe forense, las autoridades consideran que la mayoría de las incógnitas han sido resueltas. Sin embargo, el destino de Hackman y su esposa pone en evidencia la fragilidad de la vida, incluso para quienes fueron figuras admiradas y respetadas en su tiempo.

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¿De qué murieron Gene Hackman y Betsy Arakawa?

    Gene Hackman falleció a los 95 años debido a una enfermedad cardíaca el 18 de febrero, aproximadamente una semana después de la muerte de su esposa, Betsy Arakawa. La mujer, de 63 años, murió el 11 de febrero a causa del síndrome pulmonar por hantavirus, una enfermedad rara transmitida por roedores.

Hackman, quien padecía Alzheimer avanzado, probablemente no fue consciente del fallecimiento de su esposa. Por este motivo, probablemente pasó sus últimos días en un estado de desorientación y sin acceso a alimentos adecuados.

Las autoridades descartaron la presencia de infestación por roedores en la casa, aunque el virus pudo haber estado incubando en Arakawa durante semanas antes de manifestarse. Uno de los perros de la pareja fue hallado muerto cerca de ella, posiblemente por inanición, mientras que dos más lograron sobrevivir.

¿Qué es el hantavirus?

El hantavirus es una enfermedad viral grave transmitida por los ratones colilargos a través de su orina, saliva y excrementos. La principal vía de contagio es la inhalación de partículas contaminadas, aunque también puede contraerse por contacto directo con los roedores o sus fluidos, por mordeduras o de persona a persona en los primeros días de la enfermedad.

Los síntomas iniciales son similares a los de la gripe, incluyendo fiebre, dolores musculares, escalofríos, dolor de cabeza, náuseas, vómitos, dolor abdominal y diarrea. En casos graves, puede derivar en el síndrome cardiopulmonar por hantavirus, que puede ser fatal si no se trata a tiempo.

Actualmente, no existe una vacuna ni tratamiento específico, por lo que la prevención es clave. Se recomienda evitar el contacto con roedores, sellar accesos en viviendas, mantener la limpieza con lavandina, ventilar espacios cerrados antes de entrar, y acampar en áreas despejadas y alejadas de la maleza. Ante síntomas sospechosos, es fundamental acudir de inmediato a un centro de salud y minimizar el contacto con otras personas.

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