¿Por qué nos cabreamos tanto cuando conducimos? La ciencia lo explica

Esto es todo lo que sucede en nuestro cerebro cuando conducimos y esta es la razón por la que nos cabreamos.

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Por:

Adonis Martínez

Conducir enfadado
¿Por qué conducimos enfadados? Fuente: Península ES/ Pexels/ShutterStock.

Cada día, al ir o volver del trabajo en coche, te enfrentas al mismo atasco que te deja atrapado durante una hora. Rodeado de vehículos y sin margen de maniobra, el uso constante del embrague empieza a hacer mella en tu rodilla, convirtiendo el trayecto en una molestia física y mental.

A medida que el tiempo avanza y la situación no mejora, la frustración se apodera de ti. Cada bocinazo, frenazo o maniobra brusca de otro conductor eleva tu estrés, haciendo que la espera se vuelva aún más insoportable.

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A partir de 2025, será más difícil que nunca renovar el carnet de conducir o sacárselo por primera vez. Fuente: Pexels

Sin darte cuenta, la irritación transforma tu actitud al volante. Empiezas a perder los nervios, a lanzar insultos ya conducir de forma más agresiva, aumentando el riesgo y convirtiendo el tráfico en una fuente inagotable de tensión. ¿Por qué sucede todo esto?

¿Por qué nos enfadamos cuando estamos en el coche?

    El cerebro humano, según la teoría del cerebro triuno de Paul MacLean, está compuesto por tres estructuras evolutivas: el cerebro reptiliano, el sistema límbico y el neocórtex. El cerebro reptiliano es el más primitivo y regula funciones básicas como la respiración y las respuestas instintivas ante amenazas. Su naturaleza automática lo convierte en responsable de la

Cuando conducimos, el cerebro reptiliano se activa especialmente en situaciones estresantes como atascos o maniobras imprudentes de otros conductores. Esta activación genera respuestas defensivas como la agresividad o el enfado, percibiendo la situación como una amenaza.

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El plazo para recibir una multa por exceso de velocidad puede ser de acuerdo a la autoridad que realice tu multa. Fuente: Freepik

Para contrarrestar estas reacciones impulsivas, es fundamental activar el neocórtex, la parte racional y autorreguladora del cerebro. Técnicas como la respiración profunda, la meditación o la reflexión consciente pueden ayudar a reducir la influencia del cerebro reptiliano, promoviendo una conducción más calmada y segura.

¿Cómo podemos gestionar esta agresividad frente al volante?

Para gestionar la agresividad al volante, la Dirección General de Tráfico (DGT) recomienda planificar los viajes con antelación, salir con tiempo suficiente y evitar las horas de mayor congestión. Esto ayuda a reducir el estrés y la sensación de prisa, factores que pueden desencadenar comportamientos agresivos.

Otra técnica útil es practicar la respiración profunda, lo que puede calmar el estrés y disminuir las reacciones impulsivas. Investigaciones sugieren que tomarse unos segundos para relajarse durante el trayecto reducir la tensión emocional ante conductores imprudentes o situaciones incómodas.

Finalmente, mantener una actitud respetuosa y cortés en la carretera es fundamental. La DGT también enfatiza la importancia de no responder a provocaciones y de ceder el paso cuando sea necesario, lo que contribuye a una conducción más tranquila y segura para todos.

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