El ejercicio: ¿Acabará siendo una prescripción médica?

El autor del estudio señala que es más sencillo recetar un medicamento que diseñar un plan de ejercicio, ya que para prescribir rutinas personalizadas se requiere infraestructura y formación especializada.

Por:

Adonis Martínez

Hacer deporte, ¿la nueva receta de tu tarjeta sanitaria? Fuente: Península ES/ Pexels.

Para Míkel Izquierdo, catedrático de la Universidad Pública de Navarra, el ejercicio es como una vacuna que previene enfermedades y alarga la vida. Así lo explicó en Las Mañanas de RNE esta semana, defendiendo el movimiento como una herramienta clave para la salud.

Su último estudio, publicado en The Journal of Nutrition, Health and Aging, demuestra que la actividad física puede ser tan efectiva como algunos medicamentos, ayudando a prevenir y tratar enfermedades crónicas. Más que una rutina, el ejercicio debería considerarse una terapia esencial.

La ciencia confirma que este ejercicio es perfecto. Fuente: Península ES/ ShutterStock.

Sin embargo, Izquierdo señala que prescribir ejercicio sigue siendo un reto en el ámbito médico, donde es más fácil recetar un fármaco que diseñar un plan de entrenamiento personalizado. Aun así, su investigación resalta la importancia de integrar el movimiento en los tratamientos para un envejecimiento saludable.

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¿Debería haber prescripción médica para hacer ejercicio?

Aunque sabemos que el ejercicio es beneficioso para la salud, una recomendación general no es suficiente para motivar a todos a moverse. Míkel Izquierdo destaca que no prescribir ejercicio con la misma rigurosidad que un medicamento puede ser considerada mala praxis médica, ya que es más fácil recetar un fármaco que diseñar un plan de ejercicio personalizado.

Izquierdo subraya la importancia de adaptar las rutinas de ejercicio a las necesidades de cada paciente, explicando que no se puede aplicar una recomendación estándar, como los 10.000 pasos, a personas con condiciones como obesidad o diabetes.

Caminar 10,000 pasos FOTO: adobe

Los expertos sugieren que un enfoque ideal del ejercicio debe combinar tres áreas clave: el trabajo aeróbico, la fuerza muscular y los ejercicios de equilibrio, para lograr un tratamiento más completo y eficaz.

Menos cardio, más fuerza

Los resultados del estudio son concluyentes: el ejercicio no solo previene el envejecimiento patológico, sino que también es efectivo para tratar diversas enfermedades, como las cardíacas, metabólicas, musculares, neurológicas, respiratorias e incluso el cáncer.

Según Míkel Izquierdo, en colaboración con el Hospital Universitario de Navarra, los programas de ejercicio de fuerza personalizados en pacientes oncológicos han mostrado resultados positivos, como una mejor tolerancia a la quimioterapia y una reducción en su estancia hospitalaria. “El músculo salva vidas”, afirma Izquierdo, subrayando la importancia de integrar el ejercicio en la práctica clínica diaria.

Además, el ejercicio también ha demostrado ser útil en enfermedades mentales como la depresión. Los datos del estudio indican que los ejercicios de alta intensidad, como las sentadillas, saltar a la comba o el spinning, mejoraron el estado de salud de un 61% de los pacientes. Esto contrasta con solo un 21% de mejoría en aquellos que únicamente tomaron medicación.

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