Se declara culpable de dirigir una comisaría clandestina china en Nueva York

La comisaría operaba con el objetivo de identificar y silenciar a activistas prodemocracia en Estados Unidos que se oponían al régimen de Pekín.

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Por:

Adonis Martínez

Comisaría de New York
¿Qué sucede en New York? Fuente: Península ES.

Un hombre ha admitido su culpabilidad en un cargo de conspiración por colaborar en la creación de una estación de policía clandestina en Nueva York, al servicio del gobierno de la República Popular China. El acusado, Chen Jinping, de 60 años y ciudadano estadounidense de ascendencia china, se declaró este miércoles ante un tribunal federal en Brooklyn. Jinping reconoció actuar como agente extranjero en nombre del Ministerio de Seguridad Pública chino (MPS) y ahora podría enfrentarse a una pena de hasta cinco años de prisión.

Según informan varios medios estadounidenses, Jinping y su socio Lu Jianwang, de 62 años, habrían gestionado una comisaría secreta en el barrio chino de Manhattan. Esta estación habría operado con el propósito de identificar y silenciar a activistas prodemocracia en Estados Unidos, siguiendo órdenes del régimen de Pekín, algo que podría ser tratado como acto de terrorismo, al igual que lo sucedido con Luigi Mangione.

Una violación directa a la soberanía de los Estados Unidos

El subdirector del FBI, James Dennehy, aseguró que Chen confesó que la comisaría clandestina fue creada para “promover los objetivos represivos y nefastos de la República Popular de China”, describiéndolo como una “violación directa de la soberanía de Estados Unidos”.

    Por otro lado, el coacusado Lu Jianwang, también ciudadano estadounidense, ha mantenido su declaración de inocencia y espera el inicio de su juicio. Sin embargo, según informa CNN, su equipo legal estaría en conversaciones con la fiscalía para negociar un posible acuerdo de culpabilidad, lo que podría cambiar el rumbo del caso en breve.

¿Qué se hacía en esta comisaría?

The Guardian informa que la comisaría clandestina cesó sus actividades en octubre de 2022, tras ser desmantelada por el FBI. Ubicada en un piso completo de un edificio, la oficina operaba bajo una fachada legítima: Chen y Lu ofrecían servicios como la renovación de licencias de conducir para ciudadanos chinos, lo que ayudaba a ocultar sus verdaderas intenciones.

Después de que sus actividades fueran expuestas, ambos acusados intentaron borrar toda evidencia incriminatoria, incluyendo mensajes con su contacto en Pekín, según los fiscales. Este intento por encubrir sus acciones resultó en un cargo adicional de obstrucción a la justicia, complicando aún más su situación legal. Aunque China niega que estas oficinas tengan fines represivos, el caso ha levantado sospechas sobre la posible existencia de otras instalaciones similares en diferentes regiones del mundo.


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