Inquieta en Estados Unidos la postura de Trump si pierde las elecciones de este martes

En el 2020, el entonces presidente, derrotado por Joe Biden, no aceptó los resultados, lo que derivó en el intento de copamiento del Capitolio, revuelva que dejó algunos muertos. El antecedente preocupa y mucho.

Por:

Cristian Ortega Mahan

A medida que se acercan las elecciones del 5 de noviembre en Estados Unidos, crece la preocupación sobre lo que podría suceder si el expresidente Donald Trump no reconoce los resultados si estos le son adversos, tal como ocurrió en 2020. En esa línea, Trump ha sembrado dudas sobre la integridad del sistema electoral en varios estados, lo que aumenta el temor a posibles actos de violencia y desconfianza generalizada entre los votantes.

“Pensilvania está haciendo trampas”

Uno de los focos de atención es Pensilvania, un estado clave en la batalla electoral. En un reciente mensaje en redes sociales, Trump afirmó que “Pensilvania está haciendo trampas”, y exigió que las autoridades actúen ante estas acusaciones. El gobernador demócrata de Pensilvania, Josh Shapiro, respondió señalando que Trump intenta repetir una estrategia que ya provocó caos tras las elecciones de 2020.

Las afirmaciones infundadas de Trump sobre el fraude electoral contribuyeron a que sus seguidores intentaran tomar el Capitolio el 6 de enero de 2021, tras lo cual sigue sin reconocer la victoria de Joe Biden. Según una encuesta de AP-NORC, el 56% de los votantes republicanos cree que Biden no fue elegido legítimamente, y más del 60% de los votantes registrados temen que haya violencia tras la elección.

Un estudio del SNF Agora Institute de la Universidad de Johns Hopkins indica que entre los partidarios de Trump que no creen en la legalidad de la elección de 2020, el 31% anticipa “mucha” violencia política después de las elecciones, en comparación con el 24% de los votantes demócratas. A la luz de estos datos, muchos temen que Donald Trump no acepte su derrota, generando potenciales disturbios.

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Un vendedor de tecnología en Phoenix comentó que hay un temor generalizado sobre la violencia si Trump pierde, mientras que un exmarine que apoya a Trump sugirió que la respuesta de los votantes dependerá de cómo se desarrolle la elección.

Medidas de seguridad adicionales

En el condado de Maricopa, Arizona, un lugar central en el conteo de votos en 2020, se han tomado medidas adicionales para evitar desinformación y garantizar la transparencia del proceso electoral. Nate Young, jefe de Información del condado, explicó que han implementado medidas de seguridad, como cercas permanentes y temporales, además de medidas de ciberseguridad para proteger el sistema electoral. A pesar de estos esfuerzos, la posibilidad de incidentes violentos persiste.

Otro tema que inquieta es cuánto tiempo se tardará en conocer los resultados. En algunos estados, los votos anticipados no pueden ser contados hasta el día de las elecciones, lo que puede provocar retrasos significativos en la obtención de resultados. Maricopa, por ejemplo, suele demorar varios días en certificar los votos.

Los analistas prevén que, dado el panorama de una elección reñida, podría no haber un ganador claro la noche del 5 de noviembre, especialmente en estados decisivos.

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La militancia de Elon Musk en favor de la paranoia

La desinformación también juega un papel crucial en este contexto. Elon Musk, propietario de la red social X, ha instado a sus seguidores a formar comunidades para denunciar supuestas irregularidades electorales. Esta actitud ha sido criticada por funcionarios y medios, quienes señalan que contribuye a la percepción de un sistema electoral fraudulento. En este entorno, se han reportado incidentes de quema de urnas en varios estados, aunque las causas siguen siendo inciertas.

Las elecciones del 5 de noviembre se presentan como una contienda polarizada, con dos candidatos que representan posturas opuestas y un electorado dividido. La retórica de Trump sobre el fraude electoral, aunque carece de evidencia concreta, ha influido en la percepción de sus seguidores y alimenta la inquietud sobre el futuro de la democracia en Estados Unidos.

La combinación de incertidumbre política, temores de violencia y la posibilidad de que los resultados no sean aceptados por todos los involucrados, convierten a estas elecciones en un evento crítico para el país (y para el mundo, eventualmente). La vigilancia y la preparación para responder a cualquier eventualidad serán fundamentales para asegurar una jornada electoral pacífica.