Revés para Meloni: la Justicia prohíbe los “campamentos para inmigrantes”

Los 16 inmigrantes retornarán a Italia, tras un fallo judicial. El costo del viaje rondó los 250,000 euros

Por:

Luciana Godoy

El reciente intento de Giorgia Meloni, primera ministra de Italia, de implementar un plan de externalización migratoria ha encontrado serios obstáculos en su primera semana. El objetivo era seguir la estrategia implementada por algunos países para gestionar la migración y el asilo

La situación se complicó cuando un juez de Roma invalidó el proceso de retención que había llevado a 12 hombres inmigrantes en edad adulta a centros de acogida en Albania. Como resultado, estos inmigrantes serán trasladados de regreso a Italia.

La Justicia italiana ha considerado recientemente una sentencia del 4 de octubre emitida por el Tribunal Europeo de Justicia, que calificó a Bangladesh y Egipto como países no seguros para los migrantes. Esta valoración es crucial, ya que establece que las personas provenientes de estos países no pueden ser incluidas en el plan de externalización migratoria de Giorgia Meloni hacia Albania.

En consecuencia, y de acuerdo con lo estipulado en el protocolo, estos migrantes deben ser trasladados a Italia lo antes posible. Esta decisión resalta la importancia de garantizar la seguridad y los derechos de los migrantes, a la vez que plantea serias dudas sobre la eficacia y la ética del enfoque de externalización adoptado por el gobierno.

La oposición criticó duramente la medida

La oposición ha criticado con dureza el protocolo usado por el Gobierno para poner en marcha este acuerdo y denunció que esta medida está costándole al país “casi mil millones de euros”. Asimismo, la líder progresista Elly Schlein ha añadido, en una serie de comentarios intercambiados con la primera ministra Meloni en la red social X (Twitter), que “el acuerdo con Albania era ilegal”.

En el cruce de palabras se destacó: “Vuestros representantes proponen que Italia sea castigada”, añadió Meloni. A lo que Schlein volvió a contestar diciendo: “¿Es culpa del PD que los jueces hayan decidido que no cumplís las leyes?”. Mientras la política italiana estalla, ha durado poco la estancia en el famoso centro de 70.000 metros construido en la zona de Gjader, en el interior de la frontera norte de Albania, pegado a una zona especialmente pobre del país, para los primeros inmigrantes.

La situación de los inmigrantes

Tras una controvertida selección en alta mar que excluyó a mujeres, menores y personas vulnerables, 16 individuos habían sido seleccionados para trasladarse a Albania, ya que eran considerados hombres en edad adulta y provenientes de países seguros. En teoría, esto hacía suponer a Italia que sus solicitudes de asilo serían denegadas y que su deportación se llevaría a cabo en un tiempo récord de solo 28 días. Sin embargo, la situación ha tomado un rumbo inesperado, comenzando por la imprecisa selección realizada en alta mar, que rápidamente mostró sus fallas.

El grupo de 16 inmigrantes desembarcó en el puerto albanés de Shengjin el miércoles casi a las 10 de la mañana. Allí, ingresaron a la primera instalación construida por el gobierno de Meloni en ese puerto costero. En un bloque de cemento de 4.000 metros cuadrados destinado a la identificación, fueron sometidos a las primeras pruebas médicas. Durante este proceso, dos de ellos declararon ser menores y otros dos fueron identificados como personas en extrema vulnerabilidad.

Estas condiciones resultaron ser suficientes para determinar su inmediato traslado a Italia en la misma nave militar, la Libra, que los había llevado a territorio extracomunitario, un viaje que costó alrededor de 250.000 euros. Este giro de los acontecimientos resalta no solo las deficiencias en el plan de externalización, sino también las serias implicaciones humanitarias de las decisiones tomadas en la gestión de la migración.