Venezuela se inunda de protestas por el fraude electoral de Nicolás Maduro

Algunas actas fueron confiscadas por funcionarios chavistas; sin embargo, incluso con estas, Maduro no alcanzaría una victoria.

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Por:

Adonis Martínez

Protestas Nicolás Maduro.
El pueblo venezolano sale a las calles contra Nicolás Maduro. Fuente: Península.

Venezuela está viviendo días de auténtica desidia, todo por buscar la paz y la libertad. La oposición, junto a los ciudadanos, celebra el triunfo en las urnas de Edmundo González Urrutia, desafiando el intento de fraude orquestado por el chavismo.

Los números hablan por sí solos: tras procesar el 73.25% de las actas, escaneadas y verificadas por representantes de la oposición, el candidato democrático ha superado decisivamente a Nicolás Maduro, incluso antes de finalizar el recuento completo. “La tendencia es irreversible”, proclaman en Venezuela, donde González Urrutia ha obtenido 6,275,182 votos, comparado con los 2,259,256 votos para el sucesor de Chávez.

Actas secuestradas para evitar un conteo legal

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Fuente: AFP

Ya con cuatro millones de votos a su favor y sin completar el recuento, que promete elevar la diferencia a más de cinco millones, el proceso electoral venezolano ha sido manchado por la confiscación de numerosas actas por parte de funcionarios chavistas y militares. Estos actos fueron acompañados por la agresiva intervención de colectivos paramilitares leales al régimen.

La aparición pública de Machado y del “presidente electo”, González Urrutia, desató una ola de celebraciones y el sonido de cacerolas en las calles de Caracas, especialmente en los barrios más humildes.

Previamente, una operación fraudulenta había inflado artificialmente los votos en contra, otorgando a Nicolás Maduro una “victoria” inverosímil con más de 7 puntos de ventaja: 51.20%, que se traducen en 5,150,092 votos, frente al 44.02% y 4,445,978 votos de Edmundo.

“Recibo este resultado con humildad, pues soy un obrero y eso el imperialismo no me lo perdona”, declaró Maduro durante la entrega del documento que lo acredita como presidente electo, en un acto donde el Consejo Nacional Electoral (CNE) aún no ha divulgado resultados detallados ni completos. La ausencia de Juan Carlos Delpino, uno de los cinco rectores cuya firma es esencial para validar los resultados electorales, y que no ha sido visto desde el día anterior, es una clara señal de la falta de aprobación al fraude electoral.

Nicolás Maduro, incapaz de explicar el “hackeo” de las elecciones

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Fuente: AFP

Para todos ellos, el chavismo ha tejido una serie de relatos fantásticos, tales como los 100 intentos de asesinato contra Maduro, el espíritu de Hugo Chávez convertido en pájaro para susurrar consejos.

“El ataque se habría originado en Macedonia del Norte con el objetivo de alterar los datos recibidos por el CNE. Por fortuna, esta acción fue frustrada”, dramatizó el fiscal Tarek William Saab, quien señaló a María Corina Machado y a los exiliados Leopoldo López y Léster Toledo como responsables de sabotaje electoral.

Maduro, por su parte, no logró aclarar el supuesto “hackeo” al CNE, describiéndolo como “un ataque masivo sin precedentes contra nuestro sistema de transmisión. Y el ataque continúa”, afirmó.

Las explicaciones de Saab no convencieron a nadie, y las demandas por claridad continuaron tanto de la comunidad internacional como de diversos organismos. El Centro Carter, el único observador independiente en las elecciones del domingo, frente a una considerable presencia de simpatizantes de la revolución, solicitó la publicación de las actas enviadas al CNE, calificándolas de “indispensables para nuestra evaluación y esenciales para el pueblo venezolano”.

António Guterres, secretario general de la ONU, recurrió a un enfoque diplomático para pedir un desglose de los resultados por colegios electorales, una demanda imposible para el chavismo sin exponer sus incongruencias, más allá del supuesto “ataque informático” desde Macedonia del Norte.

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