Hombre en busca de la inmortalidad mantuvo a su abuelo en un bloque de hielo por 30 años

La historia de Bredo Morstøl inspiró una tradición en un pequeño pueblo de Colorado.

Por:

Nicolas Lafferriere

El pequeño pueblo de Nederland, Colorado en Estados Unidos ha sido el epicentro de un hecho muy particular: un joven mantuvo a su abuelo congelado durante más de tres décadas con el fin de encontrar la cura de la mortalidad natural. Y el bizarro experimento se convirtió en una tradición local.

El proyecto de Trygve Bauge

En 1989, la vida de Bredo Morstøl había llegado a su fin por causas naturales. El anciano de casi 90 años sufrió un problema cardiovascular mientras dormía. El final de su vida fue el comienzo de la curiosidad para su nieto, Trygve Bauge, quien tenía planes mucho más ambiciosos.

Los restos del “Abuelo Bredo” fueron trasladados a una instalación de criónica en California, donde pasó cerca de cuatro años sumergido en nitrógeno líquido. Pero el interés del joven Trygve por la criónica y la supervivencia lo llevó a hacer una locura. Y en 1993, trasladó a su abuelo a un cobertizo equipado con hielo seco, donde el cuerpo permaneció encapsulado en una caja metálica.

Este bizarro experimento enfrentó varias dificultades, que iban desde la naturaleza casera de la instalación, hasta los costos que representaba el reabastecimiento de hielo seco. Bauge pagaba 1.000 dólares al mes para darle a su abuelo la temperatura necesaria para detener su descomposición natural.

El apoyo del pueblo

En 1994, Trygve Bauge fue deportado de Estados Unidos. En esta época, la instalación criogénica se convirtió en una patrimonio para los ciudadanos de Nederland. Tal fue el deseo de los residentes por conservar el cuerpo, que lucharon en varias ocasiones contra normativas que prohibían la conservación de restos biológicos no vivos.

Nederland decidió darle un giro especial a esta tradición en 2002, inaugurando el Frozen Dead Guy Days. Este festival en memoria del “Abuelo Bredo” incluía carreras de ataúdes, bailes temáticos, y visitas guiadas al cobertizo donde se encontraba el anciano congelado. El festival sobrepasó al pueblo, y en 2023 la organización fue vendida al Stanley Hotel en Estes Park, Colorado.

Hoy en día, Bredo Morstøl descansa en el Stanley Hotel bajo un procedimiento en nitrógeno líquido, más común en el mundo de criónica. Su historia inspiró a un pequeño pueblo a superar su expectativas más allá del vencimiento de su estadía en la tierra.