El truco de Alberto Chicote para hacer las torrijas definitivas para Semana Santa

El chef y exitoso colaborador televisivo sabe que una buena torrija debe de hacer de esta forma.

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Por:

Adonis Martínez

Torrijas
Las Torrijas de Semana Santa al puro estilo de Alberto Chicote. Fuente: Península ES.

La Semana Santa 2025 ya ha arrancado y, como cada año, las calles se llenan de pasos, incienso y devoción. Pero mientras las procesiones capturan todas las miradas, hay otro ritual, más íntimo y sabroso, que también marca estas fechas: el de cocinar en casa. Porque si hay algo que une más que una marcha procesional, es una buena torrija recién hecha.

Y es que estos días, muchas cocinas se convierten en pequeños templos donde se honra otra tradición: la gastronómica. Familias que se reúnen para compartir recetas heredadas, amigos que improvisan banquetes caseros, y amantes de lo dulce que esperan todo el año para ese primer bocado que sabe a leche, azúcar y nostalgia.

Torrijas españolas
Foto: Pexels

Hace unos días revelamos el truco del chef José Andrés para llevar tus torrijas al siguiente nivel. Pero si creías que eso era insuperable, prepárate, porque ahora llega Alberto Chicote con su toque personal. Un giro inesperado, un detalle que rompe las reglas... y que convierte la torrija de siempre en una auténtica bomba de sabor. ¿Listo para descubrirlo?

Alberto Chicote y su truco para las torrijas perfectas

    Alberto Chicote lo tiene claro: para hacer unas torrijas de escándalo, lo primero es no jugársela con el pan. Según él, da igual si es blanco o integral, pero hay una regla de oro que no falla: que la miga sea densa, prieta, que aguante bien el baño sin deshacerse. Y si te apetece innovar, puedes tirar de bollería —bizcocho, panettone, magdalenas…—, todo vale. Bueno, casi todo: “Cruasán ya sería pasarse”, avisa con su tono inconfundible.

Pero el verdadero truco que marca la diferencia está en la leche. Mientras la mayoría apuesta por el clásico combo de canela y limón, Chicote sube la apuesta: añade cáscara de mandarina y unas bolas de pimienta negra. Sí, pimienta. No pica, no arruina el postre. Al contrario: le da un aroma cálido, sorprendente, y convierte una torrija normal en una receta con firma propia.

Para rematar, nada de azúcar espolvoreado sin más. El chef baña sus torrijas en una mezcla de miel, vino dulce y un poco de agua y azúcar, creando un almíbar ligero pero intenso. ¿El resultado? Una torrija jugosa, aromática y con ese punto diferente que hace que quieras repetir. El truco es sencillo: cítricos, un toque de pimienta y mucha personalidad.

La receta de Alberto Chicote: Paso a paso

Alberto Chicote no se complica con florituras, pero sí cuida cada detalle. Lo primero que hace es preparar la leche infusionada: la pone a calentar con cáscara de limón, naranja y mandarina, canela, azúcar, una pizca de sal… y su toque estrella, unas bolas de pimienta negra. Cuando rompe a hervir, la aparta del fuego y la tapa. Aquí no hay que correr: la leche debe quedarse templada, nunca fría.

Mientras tanto, va colocando el pan en una bandeja con borde alto. Cuando la leche ya está lista, la cuela y la vierte sobre las rebanadas. No vale mojar por encima y listo: hay que dejarlas empaparse a conciencia durante una hora. Si ve que alguna rebanada flota demasiado, le da la vuelta con cuidado. El pan tiene que absorber, no nadar.

Después viene el almíbar: mezcla miel, vino dulce, agua y azúcar, lo hierve unos minutos y lo deja enfriar. Mientras, las torrijas pasan por una rejilla para soltar el exceso de leche. Luego, al huevo batido y directas a la sartén, con un dedo de aceite caliente. Se fríen hasta dorarse por ambos lados y se escurren en papel. ¿El broche final? Un buen baño de ese jarabe aromático y a la nevera hasta el día siguiente. El resultado: torrijas clásicas con alma rebelde. Muy Chicote.

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