Universidad de Huelva: Va a juicio entrenador de niñas que les robaba su ropa interior

El hombre, de 65 años, enfrenta un pedido de prisión de 147 años por una veintena de casos. Los detalles del caso son aberrantes.

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Por:

Cristian Ortega Mahan

Universidad de Huelva: Va a juicio entrenador de niñas que les robaba su ropa interior
El hombre llevaba 30 años como entrenador en la Universidad de Huelva. Fuente: Canva - La Península

El escándalo que sacudió a la Universidad de Huelva ha llegado a los tribunales. Francisco M. L. A., entrenador de fútbol femenino y técnico de instalaciones en la universidad, enfrentará un juicio acusado de haber abusado sexualmente de 21 menores y haber robado su ropa interior.

La Fiscalía pide para él una condena de 147 años y dos meses de prisión por un total de 31 delitos, entre ellos agresiones sexuales y abusos a menores de edad.

Un caso que conmocionó a la comunidad

El caso salió a la luz en enero de 2023, cuando una de las víctimas presentó una denuncia ante la Policía Nacional. La investigación posterior reveló que Francisco, de 63 años en ese momento, aprovechó su posición como entrenador para acceder a los vestuarios y abusar de las jóvenes, además de sustraer su ropa interior.

Durante un registro en su despacho en la Universidad de Huelva, los agentes encontraron 27 prendas de ropa interior femenina pertenecientes a sus víctimas, cuchillas de afeitar y cajas con prendas sin usar. Este hallazgo se sumó a los testimonios de las jóvenes, quienes relataron que el entrenador, con 30 años en el cargo, realizaba tocamientos inapropiados y hacía comentarios sobre sus cuerpos.

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La ropa interior de las niñas que el acusado atesoraba. Fuente: Canva - La Península - La Razón

Modus operandi

Según la investigación, Francisco M. L. A. utilizaba su rol de entrenador para generar confianza con las menores. En varias ocasiones, se ofrecía a dar masajes a las jugadoras con la excusa de aliviar lesiones, aunque no tenía ninguna formación en fisioterapia. Además, incentivaba a las deportistas a compartir habitación con él en los viajes de competición, ofreciéndose a pagar por sus estancias.

El acusado también imponía normas estrictas sobre la vestimenta de las jugadoras y exigía que usaran ciertos tipos de ropa interior en los entrenamientos y partidos. En algunas ocasiones, entraba en los vestuarios sin previo aviso y hacía comentarios sobre sus cuerpos.

La reacción de la Universidad y la comunidad

Tras la detención de Francisco, la Universidad de Huelva se desvinculó de sus acciones y aseguró que colaboraría con la investigación. Sin embargo, muchos cuestionaron si la institución podría haber detectado antes las irregularidades en el comportamiento del entrenador.

En el campus, los estudiantes colocaron carteles con la imagen del acusado, advirtiendo sobre sus acciones y exigiendo justicia para las víctimas. La comunidad educativa mostró su indignación y pidió medidas más estrictas para prevenir este tipo de casos en el futuro.

Proceso judicial y peticiones de la Fiscalía

El juicio de Francisco M. L. A. comenzará en los próximos meses, y la Fiscalía ha solicitado no solo su condena a 147 años de prisión, sino también:

  • La prohibición de trabajar con menores durante 20 años.
  • Una orden de alejamiento y prohibición de comunicación con las víctimas.
  • Indemnizaciones económicas para las víctimas debido a los daños psicológicos sufridos.

Los informes psicológicos realizados a las jóvenes confirman que muchas de ellas presentan trastornos de ansiedad y depresión a raíz de los abusos sufridos.

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El acoso sexual tiene implicancias muy graves para las personas. Fuente: Pexels - Canva - La Península

Un llamado a la protección de menores en el deporte

Este caso ha reavivado el debate sobre la seguridad de los menores en el ámbito deportivo. Expertos en protección infantil han advertido que se necesitan mecanismos de supervisión más estrictos para evitar que personas con intenciones delictivas puedan trabajar con niños y adolescentes.

Las autoridades han recomendado que los clubes deportivos y las instituciones educativas implementen protocolos más rigurosos para la contratación de entrenadores y personal técnico, además de promover espacios de confianza para que los menores puedan denunciar cualquier conducta inapropiada sin temor a represalias.

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