Murió Javier Dorado, exfutbolista del Real Madrid, a los 48 años

El exfutbolista, retirado hace 14 temporadas, falleció este jueves después de una larga enfermedad.

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Por:

Candela González

Murió Javier Dorado, exfutbolista del Real Madrid, a los 48 años
El futbolista jugó también en Salamanca, Rayo Vallecano, Sporting, Mallorca y Atlético Baleares. Foto: X @Offsider_ES

El exfutbolista del Real Madrid, Javier Dorado, falleció a los 48 años tras una larga lucha contra un cáncer de sangre. A pesar de someterse a un trasplante de médula donada por su hermana, la enfermedad recayó en varias ocasiones.

Dorado inició su carrera en la cantera del Real Madrid y debutó con el primer equipo en 1999. La temporada siguiente jugó bajo la dirección de Vicente del Bosque y fue parte del equipo que ganó la Champions League en 2000.

Posteriormente, jugó en clubes como Salamanca, Sporting de Gijón, Rayo Vallecano y Mallorca, donde estuvo tres temporadas. Tras un parón, regresó brevemente al fútbol con el Atlético Baleares en 2011 antes de retirarse en 2012.

La enfermedad de Javier Dorado

    Javier Dorado falleció tras una larga batalla contra la leucemia, un tipo de cáncer en la sangre. Para tratar la enfermedad, recibió un trasplante de médula ósea donado por su hermana, según el Diario de Mallorca.

El trasplante de médula ósea es un procedimiento que sustituye la médula enferma por células madre sanas, ya sean del propio paciente o de un donante compatible. Este tratamiento se utiliza para diversas enfermedades hematológicas, como leucemias, linfomas y trastornos de la producción sanguínea.

El procedimiento requiere quimioterapia y/o radioterapia para eliminar la médula enferma antes del injerto de nuevas células. Existen diferentes tipos de trasplantes, según la fuente de las células madre: autotrasplante (del propio paciente), alotrasplante (de un donante compatible), trasplante de sangre del cordón umbilical o haploidéntico (de un donante parcialmente compatible).

Los riesgos del trasplante de médula

A pesar de sus beneficios, este procedimiento conlleva riesgos. Entre ellos se encuentran las infecciones, insuficiencia del injerto, anemia, daño en órganos vitales y enfermedad injerto contra huésped.

    En el corto plazo, los pacientes pueden experimentar dolor de cabeza, torácico, en la boca y la garganta, así como náuseas, vómitos, fatiga y pérdida del apetito. También pueden aparecer úlceras en la boca, caída del cabello, reacciones en la piel, fiebre, escalofríos, sofocos, dificultad para respirar y alteraciones en el sentido del gusto.

A largo plazo, existen complicaciones más graves, como la enfermedad injerto contra huésped (EICH), la enfermedad veno-oclusiva hepática (VOD), el fracaso del injerto y la reaparición del cáncer o la aparición de nuevos tipos de cáncer debido al tratamiento. Además, pueden surgir trastornos linfoproliferativos postrasplante, sobrecarga de hierro y otras complicaciones como hemorragias, necesidad de transfusiones, problemas pulmonares e infecciones graves.

El éxito del trasplante depende de varios factores, incluyendo la compatibilidad del donante, la salud del paciente y la respuesta al tratamiento. Aunque en algunos casos puede curar por completo la enfermedad, también puede provocar complicaciones graves.

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