Murió David Lynch: Así fue su breve visita a Madrid en 2013

El cineasta Julen Robles relató su experiencia acompañando al fallecido director de cine en su viaje a España.

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Por:

Nicolas Lafferriere

David Lynch
Recordamos la visita de David Lynch a España tras su fallecimiento a los 78 años. Fuente: Instagram (@davidlynchworld)

El mundo del cine se encuentra de luto tras conocerse el fallecimiento de David Lynch. El legendario director y escritor murió a los 78 años, dejando recuerdos inolvidables entre los seguidores de su trabajo, incluyendo aquellos de España que pudieron verlo de cerca durante su visita a Madrid en 2013.

David Lynch fue diagnosticado en 2024 con enfisema debido a su gusto por fumar. Esta enfermedad detuvo una carrera de casi cinco décadas, con trabajos tan destacados como Dune (1984), Absurda (2007), Hotel Room (1993), y los ovacionados Twin Peaks (1990) y Blue Velvet (1986)

“Con profundo pesar, nosotros, su familia, anunciamos el fallecimiento del hombre y artista David Lynch”, dicta un comunicado en Facebook. “Agradeceríamos algo de privacidad en este momento. Hay un gran vacío en el mundo ahora que él ya no está con nosotros. Pero como él diría: mantén la vista en la dona y no en el agujero”.

El día que David Lynch visitó España

    Julen Robles, cineasta y productor, recordó la visita que el legendario director de Twin Peaks realizó con motivo del festival Rizoma de Madrid. “Recuerdo su llegada a contraluz, tras bajarse de un jet privado procedente de Roma en la terminal ejecutiva de Barajas. Apareció un hombretón bastante grande y no me sorprendió verle con el traje negro y la camisa blanca de siempre”.

El testimonio que compartió con Variety asegura que el director detestaba ser señalado como Señor Lynch. “En el trayecto rumbo al hotel Urban le llamó la atención la fachada roja de la Iglesia de las Calatravas”, recordó Robles, quien también coordinó la reunión de su protegido con integrantes de la sucursal española de la David Lynch Foundation, dedicada al estudio y divulgación de la Meditación Trascendental.

Los diversos compromisos de David Lynch cerraba con un lujo que pocos podían darse: “Ya por la noche se le honraba a él y a su universo creativo con una cena en el Ramsés que incluía modelos en lencería portando cirios, un cuarto rojo donde una chica le servía vino mientras leía lánguidamente El Decamerón, otro cuarto con un sillón tipo Luis XIV pero tapizado a lo loco, David Delfín, Rossy de Palma... Imposible de resumir".

La despedida

Los dos compartieron tres días dentro de Madrid. Su última tarde juntos fue en la Plaza de Santa Ana. “Nadie quería irse y no había ya tiempo para casi nada”, dijo Robles. “David Lynch preguntó si habría posibilidad de ver el Guernica y media hora más tarde estábamos dentro del Reina Sofía, su traje negro y su camisa blanca haciendo juego con las pesadillas de Picasso".

“Se fue al día siguiente. Nos dimos un abrazo y me regaló un paquete empezado de American Spirit. David es un buen conversador, aunque a veces prefiera estar en silencio”. Sin dudas, una experiencia que el cineasta no olvidará.

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