Sobrevivió a la gran riada del 57, pero un infarto tras la DANA le arrebata la vida

Mari Cruz sufrió un infarto fatal al día siguiente de haber perdido todo a causa de la inundación.

Por:

Adonis Martínez

Una triste historia entre tanto caos. Fuente: Producción en Canva PRO y la Península.

Mari Cruz Brazales García, nacida en 1936, vivió una vida marcada por la adversidad. Tras mudarse a Valencia y perder todo en la gran riada del Turia de 1957, se estableció en Beniparrell, donde reconstruyó su vida rodeada de sus hijos, nietos y bisnietos, ganándose el cariño de sus vecinos gracias a su carácter alegre y sociable.

Sin embargo, el pasado 29 de octubre, la DANA volvió a arrebatarle todo, inundando su casa y dejándola en shock. Según relata su nieto Rafa en una entrevista con el medio Levante-EMV, al día siguiente Mari Cruz falleció de un infarto, dejando atrás una historia de resiliencia y amor por su familia y su comunidad.

Lo perdió todo, y dejó a los suyos después

En Beniparrell, Mari Cruz vivía en una humilde casa de una planta, situada al final de una calle estrecha y junto al barranco. La ubicación de su hogar la hacía especialmente vulnerable a las inundaciones, y durante el desbordamiento, el agua comenzó a entrar desde ambos lados, inundando cada rincón. Fue un desastre total.

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    Rafa, su nieto, sintió la urgencia de ayudarla en cuanto notó que el nivel del agua subía rápidamente. “Sabía que mi abuela estaba allí, y en cuanto pude, con el agua hasta la cintura, fui a su casa y finalmente logré entrar”, cuenta Rafa. En medio de la emergencia, vio pasar un coche de la Guardia Civil, pero denuncia que los agentes no se bajaron del vehículo ni ofrecieron ayuda. Finalmente, un agente de la Policía Local, a quien conocía, se acercó y le ayudó a rescatar a su abuela.

Mari Cruz, una víctima indirecta de la DANA

A esa hora de la tarde, la casa estaba a oscuras. “Todo flotaba dentro, me costó bastante sacar a mi abuela de allí”, relata Rafa. Tras rescatarla, llevó a su abuela a su propia casa, donde también estaba su madre. “Fue un desastre, un caos total, y mi abuela estaba en shock, pálida y completamente desencajada”, cuenta. Al día siguiente, Mari Cruz falleció de un infarto, y su nieto está convencido de que fue consecuencia directa de aquella experiencia traumática y de haber perdido todo una vez más. “No murió ahogada, pero es otra víctima de la DANA, subraya Rafa.

Durante el fin de semana, él mismo participó en las labores de limpieza, quitando el barro acumulado en la iglesia junto a otros vecinos. La casa de Mari Cruz ha quedado prácticamente en ruinas, pero la familia ahora solo desea “que todo esto pase”. Poder afrontar el duelo, dejar atrás el trauma de su abuela y encontrar de nuevo la paz en el pueblo que Mari Cruz había llamado hogar durante toda su vida.

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