7 de cada 10 inquilinos en Madrid y Barcelona asumen que “nunca” dejarán de alquilar

La crisis de la vivienda en España está generando una gran brecha social que difícil solución, según un reciente estudio. Los detalles.

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Por:

Cristian Ortega Mahan

7 de cada 10 inquilinos en Madrid y Barcelona asumen que “nunca” dejarán de alquilar
Preocupante informe publicó el Instituto de Investigación Urbana de Barcelona (IDRA). Fuente: Canva - Pexels - La Península

El mercado del alquiler, especialmente en ciudades como Madrid y Barcelona, se ha convertido en una trampa de la que miles de personas no podrán escapar, incluso si lo desean. Esta realidad no solo les afectará individualmente, sino que incrementará la desigualdad económica en los próximos años.

Un nuevo informe del Instituto de Investigación Urbana de Barcelona (IDRA), publicado poco antes de una manifestación organizada por el Sindicato de Inquilinas e Inquilinos de Madrid, analiza la situación bajo el título “De propietarios a inquilinos. Informe sobre la creciente desigualdad en el acceso a la propiedad”. El estudio revela que el 70% de los encuestados en Madrid y Barcelona asumen que vivirán de alquiler toda su vida, ya que no esperan heredar una vivienda ni acceder a una propiedad.

De aquellos que esperan heredar, el 80% tendrá que compartir la herencia con otros familiares, lo que reduce aún más el valor y la utilidad de las viviendas recibidas. Según el estudio, muchas de estas propiedades no satisfacen las necesidades del inquilino. En Barcelona, por ejemplo, el 40,7% de las viviendas heredadas tienen un valor significativamente inferior al precio medio de un piso de 60 metros cuadrados, que ronda los 250.020 euros. El informe desmitifica la creencia de que la mayoría de los jóvenes heredarán una vivienda en el futuro.

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Estrés o ansiedad genera alquilar. Fuente: Canva - La Península

Cada vez más afectados

    Este problema está afectando a cada vez más personas que no tienen otra opción que alquilar, ya que solo disponen de su salario para vivir. El estudio de IDRA destaca que el 53% de los menores de 29 años emancipados son inquilinos, y un tercio de los adultos de hasta 44 años también lo son. Estas cifras superan ampliamente la media nacional del 15%, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).

El informe concluye que el mercado de compraventa de viviendas está “inaccesible y secuestrado”, debido a que actores que no necesitan vivienda están inflando artificialmente la demanda, lo que provoca un incremento en los precios para aquellos que verdaderamente necesitan un hogar.

La brecha económica entre arrendatarios y arrendadores sigue aumentando. Según el informe del IDRA, el mercado del alquiler se ha convertido en un mecanismo de transferencia de riqueza, donde los inquilinos cada vez pagan más y los propietarios, que acumulan varias propiedades, se enriquecen más. El documento subraya que esta dinámica está profundizando las desigualdades sociales, y que el alquiler se prolongará hasta la vejez para una gran mayoría de inquilinos, afectando negativamente a su situación económica.

Otro problema identificado en el informe es que los inquilinos que intentan comprar una vivienda deben competir con inversores y propietarios que ya cuentan con un importante patrimonio. Las compras de viviendas al contado, especialmente por parte de extranjeros, han aumentado considerablemente en los últimos años, lo que empeora las perspectivas de quienes dependen de un crédito hipotecario.

Para las personas migrantes, la situación es aún más difícil. Según el estudio, solo dos de cada diez migrantes que alquilan esperan heredar una vivienda, y dado que representan la mayoría de los arrendatarios, enfrentan mayores obstáculos para acceder a una propiedad. La posibilidad de herencia, que es una vía para alcanzar la propiedad, también es limitada para esta población.

El informe de IDRA, basado en 1.023 encuestas en Barcelona y 1.170 en Madrid a personas mayores de 16 años, critica las políticas públicas actuales en materia de vivienda. Entre las recomendaciones se incluye aumentar la oferta de alquiler residencial a largo plazo y a precios regulados, incrementar la construcción de viviendas protegidas y fomentar la creación de viviendas cooperativas.

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