Revocan condena por agresión sexual a un hombre acusado de abusar de su hija menor

El Tribunal Superior de Justicia de Cantabria ha anulado la sentencia debido a la falta de pruebas suficientes.

Por:

Adonis Martínez

El Tribunal Superior de Justicia de Cantabria ha anulado la condena de 15 años de prisión impuesta a un hombre acusado de agresión sexual continuada contra su hija.

En mayo, la Audiencia Provincial de Cantabria lo había condenado por presuntos abusos cometidos desde que la menor tenía nueve años hasta los catorce, incluyendo tocamientos y actos sexuales. Además de la pena de prisión, la sentencia original establecía una prohibición de acercamiento de cinco años y una indemnización de 10.000 euros por los daños emocionales y psicológicos.

Sin embargo, tras la apelación presentada por la defensa, dirigida por el abogado Manuel Vega y la procuradora Beatriz Ruenes, el Tribunal Superior ha decidido revocar la condena al considerar que las pruebas presentadas no son suficientes para demostrar la culpabilidad del acusado.

Faltan pruebas que lo corroboren

En su resolución, el Tribunal Superior de Justicia de Cantabria explica que, aunque la Audiencia Provincial fundamentó adecuadamente su decisión inicial, no se aportaron pruebas objetivas que respaldaran el testimonio de la víctima. La sentencia subraya que, en casos de este tipo, es fundamental que prevalezca la presunción de inocencia del acusado si no existen pruebas concluyentes que la refuten. Este punto resulta esencial, ya que la carga de la prueba en los delitos de agresión sexual es clave para asegurar un juicio justo e imparcial.

El Tribunal también remarca que, aunque la Audiencia realizó correctamente su valoración del caso, la falta de pruebas objetivas, como evidencia física o testigos, impide confirmar los hechos denunciados por la víctima.

El tiempo, un factor contra el caso

Otro aspecto señalado por el Tribunal Superior de Justicia es el extenso lapso de tiempo que pasó entre el fin de los supuestos abusos y la presentación de la denuncia, lo que dificultó aún más la obtención de pruebas que pudieron confirmar o desmentir el testimonio de la menor.

Asimismo, la sentencia indica que la madre de la menor, quien fue la única persona a la que la niña confió los presuntos abusos, no fue llamada a testificar durante el juicio, lo que complicó aún más la posibilidad de verificar los hechos denunciados.