Las agresiones sexuales por sumisión química, cada vez más frecuentes en España

En 2022, el Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses investigó 1.648 casos de agresiones sexuales en los que se sospechaba sumisión química, notable suba en comparación con los 950 casos registrados en 2021.

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Por:

Adonis Martínez

Sumisión química.
Datos preocupantes en nuestro país. Fuente: La Península.

Los casos de sumisión química han experimentado un incremento alarmante en España, con un aumento del 75% en solo un año. Según datos del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses, en 2022 se examinaron 1.648 casos de agresiones sexuales con sospecha de sumisión química, en comparación con los 950 registrados en 2021, lo que supone un aumento significativo. Todos estos incidentes están bajo investigación judicial.

El 93% de las víctimas son mujeres, y la edad promedio es de 26 años, aunque se incluyen más de 300 menores. En el 60% de los casos, es decir, en mil de ellos, las víctimas tienen entre 18 y 34 años.

¿Cómo funciona la sumisión química?

Sumisión química.
Francia enfrenta uno de los juicios más complicados del siglo. Fuente: Península.

La sumisión química es una forma de agresión en la que una persona es drogada sin su consentimiento para dejarla en un estado de vulnerabilidad, lo que facilita la comisión de delitos como agresiones sexuales o robos. Este método es extremadamente peligroso y afecta gravemente a la capacidad de la víctima para defenderse o incluso recordar lo sucedido.

¿Cómo se lleva a cabo la sumisión química?

La sumisión química ocurre cuando el agresor administra alguna droga a la víctima, generalmente a través de bebidas o alimentos, aunque en algunos casos puede hacerlo por inyección.

Las sustancias más comunes incluyen sedantes como el GHB, las benzodiacepinas, la ketamina o incluso alcohol. Estas drogas deprimen el sistema nervioso central, afectando la capacidad de la persona para mantenerse consciente y controlar sus movimientos.

Efectos en la víctima

Una vez que las sustancias han hecho efecto, la víctima experimenta desorientación, confusión y, en muchos casos, pérdida de control físico, lo que la deja completamente indefensa. Además, muchas de estas drogas provocan amnesia, haciendo que la persona no recuerde lo sucedido durante el tiempo en que estuvo drogada. Esto no solo deja a la víctima vulnerable, sino que también complica la denuncia o la identificación de lo ocurrido.

La dificultad de detectarla

Una de las mayores dificultades es que muchas de las drogas utilizadas en la sumisión química desaparecen rápidamente del organismo, lo que hace que sea complicado detectarlas si no se realiza un análisis médico de manera rápida. Esto es especialmente cierto en sustancias como el GHB, que puede salir del sistema en cuestión de horas.

Cómo evitar un ataque con sumisión química

  • No dejes tu bebida desatendida en bares, discotecas o eventos sociales. Si te alejas, pide una nueva en lugar de seguir consumiendo la misma.
  • Solo acepta bebidas de personas de confianza y observa cómo te la preparan.
  • Existen tapas o protectores que puedes usar para cubrir tus bebidas, evitando que alguien pueda introducir una sustancia sin que lo notes.
  • Si notas un sabor o comportamiento inusual después de beber, busca ayuda de inmediato. Si algo te parece extraño, aléjate del lugar y busca a personas de confianza.
  • Estar acompañado por amigos puede reducir el riesgo. Manténganse en contacto y vigílense entre ustedes para asegurarse de que nadie se encuentre en una situación de riesgo.
  • Evita compartir bebidas con otras personas, ya que no puedes estar seguro de lo que contiene.
  • Si empiezas a sentirte desorientado o extraño, avisa a alguien de confianza y busca asistencia médica.

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