Daniel Sancho es condenado a cadena perpetua por el asesinato de Edwin Arrieta

El juez dictamina que la familia de Edwin Arrieta reciba una compensación de 105.000 euros.

Por:

Adonis Martínez

Daniel Sancho ha sido sentenciado a cadena perpetua por el asesinato premeditado de Edwin Arrieta. Además, se le ha encontrado culpable del desmembramiento de la víctima y de la eliminación de sus documentos, los otros dos cargos que enfrentaba en el juicio.

El juez también ha ordenado que pague una indemnización de 4 millones de baht (equivalente a 105.000 euros) a la familia de Arrieta.

La lectura del veredicto, que tuvo lugar poco antes de las 11 de la mañana, hora local, se realizó en presencia del acusado, sus padres, y los abogados tailandeses de ambas partes, todos de pie.

Había optimismo por lo contrario

Esta condena representa un duro golpe para Daniel Sancho, hijo del actor Rodolfo Sancho y la analista financiera Silvia Bronchalo, quien días antes había expresado su “optimismo”, aunque también afirmó estar “preparado para lo que viniera”.

Te podría interesar

Así viven hoy los padres de Daniel Sancho, en palabras de Joaquín Campos

Así ha comenzado Daniel Sancho su 2025: Una celda oscura y tocado mentalmente

El juez rechazó por completo la defensa que argumentaba que se trató de un “homicidio involuntario en defensa propia”. El tribunal consideró que se trató de un asesinato con premeditación y ensañamiento, respaldado por una gran cantidad de pruebas concluyentes. A pesar de ello, el acusado logró evitar la pena capital, gracias a la discreción del juez, quien tomó en cuenta la “colaboración” del acusado, su buen comportamiento, y otros factores concurrentes, a pesar de que Sancho se retractó de su confesión inicial.

Ahora queda por ver dónde acabará preso

El fallo judicial sella el destino del acusado, quien pronto deberá despedirse de la relativamente conocida cárcel de Samui para enfrentar un traslado inicial al presidio provincial de Surat Thani, un lugar que expertos legales describen como “un auténtico infierno”. Este centro penitenciario, mucho más severo que Samui, alberga a más de 4.000 reclusos, multiplicando por diez la población carcelaria de su actual ubicación.

Sin embargo, este será solo un paso intermedio. Una vez ratificada su culpabilidad y establecida su peligrosidad, su destino final será la prisión de máxima seguridad de Bang Kwang, en Bangkok. Esta temida institución es conocida por sus condiciones extremadamente duras, donde hasta sesenta reclusos comparten celdas originalmente diseñadas para treinta, con una simple manta en el suelo que hace las veces de colchón.