El modus operandi de los okupas para sorprenderte en tu casa

Desaprensivos en Madrid y Cataluña utilizan un sistema inusual para mantenerse en una vivienda ajena sin pagar.

Por:

Nicolas Lafferriere

Los alquileres en las vacaciones de verano se han convertido en un nuevo caldo de cultivo para la ocupación ilegal de viviendas. La falta de leyes en defensa del arrendador han sido aprovechadas por desaprensivos para realizar actividades ilícitas, siendo maliciosamente creativos con los métodos que utilizan para asegurar su continuidad en el inmueble.

El truco de la pizza

En el tiempo reciente, una técnica utilizada con éxito por okupas de Cataluña se ha esparcido en la comunidad de Madrid como un método inédito para evitar que una persona sea desalojada de su vivienda. Mientras que algunos morosos celebraron esta nueva forma de extender sus ilícitos, otras personas se han visto consternadas por su extensión en España.

El llamado truco de la pizza empieza cuando los ocupantes ilegales piden comida por delivery en la dirección donde planean realizar su ilícito. Generalmente, detienen al repartidor en el portal o el descansillo de la escalera para pagar la pizza. Al cabo de cuatro días, los okupas proceden a la invasión de la casa.

Como es de esperar, esto precede a una visita de los agentes de la policía. Sin embargo, los ocupantes mantienen una carta a su favor: el ticket de compra entregado por el delivery. Aquel comprobante puede servir a los okupas para demostrar que han estado en el domicilio durante más de 48 horas. Esto impide cualquier acción inmediata del cuerpo policial, que solo podrán llevar el caso al juzgado.

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¿Por qué este truco funciona?

Existen varios factores que permiten el funcionamiento de este método. El más importante recae en la actual Ley de Vivienda, que asegura un plazo de 48 horas para abandonar una propiedad vacía o no utilizada. Esta última frase es importante, ya que diferencia el caso de uno que involucra una vivienda de uso diario.

El ilícito se completa cuando recordamos la actual saturación de los juzgados de España, que permite ganar tiempo a los okupas sin que el dueño del inmueble o la ley puedan hacer algo al respecto. El limbo puede durar meses, e incluso años hasta que encuentre una solución directa y que involucre el castigo para los criminales.

Una ley impulsada a mitades de 2024 ha impulsado cambios para evitar este tipo de prácticas, siendo la más importante la unificación de los delitos de allanamiento de morada y usurpación de vivienda bajo un mismo concepto y castigos más rigurosos. A día de hoy, la ley sigue en trámite en la legislación española.