Carolina Marín se destroza la rodilla derecha y cae en Semifinales de los Juegos Olímpicos

En los Juegos de Tokyo fue por la rodilla izquierda, ahora la lesión se ha cebado con su rodilla derecha.

Todo estaba siendo perfecto, un sueño hecho realidad, hasta que con un marcador de 10-6 a favor en el segundo set, y tras haber ganado el primero, ocurrió lo impensable este domingo. Un dolor que solo Carolina Marín sentía físicamente, pero que se transmitió a todos los presentes.

Silencio absoluto en el pabellón y los españoles en las gradas, conteniendo la respiración. Manos en la cara e incredulidad. “No puede ser”, se escuchaba, pero sí, fue. Carolina Marín, quien ya tenía la final bien encaminada, apoyó mal su pierna derecha después de un remate y se desplomó en el suelo, inmóvil, en uno de los momentos más dramáticos jamás vividos. Intentó continuar por dos puntos más, pero tuvo que detenerse.

Estaba ganando a la china He Bingjiao por 21-14 y 10-8, pero, tras tomarse un analgésico y colocarse una rodillera, se retiró. Como antes de Tokio. Como no merecía. Adiós a los Juegos Olímpicos de París y a las medallas que ya rozaba con los dedos. De la manera más cruel posible.

El momento de la desgracia

“Me he roto, me he roto”, repetía una y otra vez mientras su entrenador, Fernando Rivas, trataba de consolarla, agachado junto a ella, intentando mantener viva una pequeña esperanza. La angustia invadió a todos los presentes en el Arena Porte de La Chapelle, incluida la propia He Bingjiao, quien también estaba conmocionada por lo que estaba ocurriendo.

Carolina, la campeona de Río 2016, ya había enfrentado duros golpes en su carrera. Se perdió los Juegos de Tokio tras romperse el ligamento cruzado y los meniscos de la rodilla izquierda a solo dos meses de la competición. En 2019, había sufrido una rotura del ligamento cruzado en su rodilla derecha. Esta vez, aunque aún se desconoce la gravedad de la lesión, la misma pierna derecha es la afectada nuevamente.

Estos Juegos de París estaban destinados a ser los últimos para Carolina. Ahora, con 31 años, el futuro de una de las más grandes deportistas españolas y mundiales es incierto. Lo que se esperaba fuera una celebración de su carrera ha tomado un giro dramático, dejándonos a todos preguntándonos qué vendrá después para esta extraordinaria atleta.