El auto del Juzgado de Instrucción nº 19 de Madrid declara como investigado al productor musical Nacho Cano y a otras tres personas, destacando las conversaciones de WhatsApp mantenidas entre los organizadores del musical La Malinche y los artistas mexicanos que viajaron para participar en el espectáculo. En estos mensajes, se detallan las instrucciones dadas a los artistas para superar los controles migratorios a su llegada a España. Las acusaciones contra Nacho Cano y otros miembros relacionados con La Malinche incluyen presuntos delitos contra los derechos de los ciudadanos extranjeros y los derechos de los trabajadores. Se les acusa de traer a España a una veintena de jóvenes mexicanos como turistas, eludiendo los trámites necesarios para su participación en el espectáculo o cualquier actividad profesional. Las evidencias recabadas por la Policía Nacional sustentan estas acusaciones, destacando la gravedad de las infracciones investigadas. El auto judicial revela que R. (Se dice que una socia llamada Roxana), asociada con Nacho Cano, creó un grupo de WhatsApp con los seleccionados para participar en la compañía del musical La Malinche. El objetivo era coordinar el traslado de estos artistas desde México a Madrid, donde recibirían la formación necesaria y participarían en las actuaciones del espectáculo. Según el documento judicial, R. proporcionaba a los artistas todos los detalles sobre sus nuevas responsabilidades en España, que incluían una jornada laboral de 9:00 a 18:00, con pausas a las 12:00 y a las 13:00 para descansar y comer respectivamente. Además, los fines de semana también debían colaborar en actividades relacionadas con la productora. La jueza, basándose en la información proporcionada por la Policía Nacional, subraya en el auto que R. era la encargada de comunicar todas las especificaciones laborales a los artistas. Estas incluían un horario riguroso y la expectativa de participación en actividades de la productora durante los fines de semana. El auto proporciona una visión detallada de la estructura organizativa y las condiciones de trabajo impuestas a los artistas mexicanos trasladados a España para el proyecto de La Malinche. El acuerdo entre los artistas mexicanos y la compañía incluía alojamiento, gastos de gimnasio, comida de mediodía y una mensualidad de 300 euros para gastos personales, además de la posibilidad de ingresos extras en la discoteca Templo Canalla. Todo esto se ofrecía bajo la condición de becados, lo que les impedía desempeñar cualquier otro trabajo. Una de las artistas mexicanas denunció la situación ante la Policía Nacional, lo que inició la investigación. La denunciante proporcionó conversaciones de WhatsApp que incluían instrucciones de viaje, horarios laborales, billetes de vuelo y reservas de hotel. En estos mensajes, R. les recordaba que viajarían como turistas y que no debían mencionar en migración que iban a estudiar. También se les indicaba qué responder en caso de ser cuestionados sobre su viaje a España y se les entregaba un billete de regreso sin intención de usarlo para sortear el control fronterizo, según la jueza.